ALICANTE, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
El defensa del FC Barcelona Gerard Piqué vivió otro partido con la selección ante una afición un tanto dividida, ya que la grada que pobló el estadio José Rico Pérez le volvió a silbar como en otros escenarios, pero también se escucharon aplausos, sobre todo cuando fue sustituido en la segunda mitad.
El catalán, centro de una polémica avivada tras sus declaraciones tras el 1-O y que en el entrenamiento del lunes en Las Rozas (Madrid) había tenido un recibimiento hostil, tuvo una noche algo más 'tranquila' en Alicante, donde el público también le mostró cariño.
Ya el entrenamiento de la víspera había sido un ensayo de a lo que se podría enfrentar el azulgrana, con más aplausos que pitos. La llegada del autobús al estadio alicantino, al que esperaba un centenar de aficionados, fue calmada y marcada por los aplausos y los ánimos. Luego, llegó el momento del calentamiento.
Piqué fue de los primeros en encabezar la salida y no se escucharon excesivos pitos, mientras que el central dedicó unos aplausos a uno de los laterales. Sin embargo, un atronador 'Viva España' de Manolo Escobar impidió escuchar cualquier atisbo de crítica o apoyo.
A la hora de las alineaciones, también hubo más disconformidad, aumentada cuando empezó el partido y a cada balón que recibía le acompañaba una pitada, principalmente desde uno de los fondos. En cambio, cuando el jugador catalán cortaba algún balón, eran más los aplausos.
Piqué no tuvo excesivo trabajo y tan sólo cometió un error con una peligrosa pérdida dentro de su propio área que pudo haber significado el 3-1. En la segunda mitad, vio una amarilla, la cual le impedirá estar en Jerusalén el próximo lunes en el cierre de la fase de clasificación, partido que también se perderá por el mismo motivo David Silva.
A los 60 minutos, Julen Lopetegui decidió sustituirle por Nacho Fernández y entonces los aplausos se impusieron a los pitos, y el defensa replicó con unos aplausos de agradecimiento.