MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Real Madrid atraviesa uno de sus peores momentos desde que Carlo Ancelotti regresara al banquillo merengue, en plena crisis de resultados y juego, con un serio problema en defensa, sin dar con la tecla para dominar los partidos en el centro del campo y sin la efectividad esperada en ataque, complicaciones que refrendan los datos de Driblab.
La derrota por 1-3 ante el AC Milan en la cuarta jornada de la fase de liga de la Champions fue la gota que colmó el vaso en un equipo que está muy lejos de aquella versión del curso pasado que le permitió ser muy superior en LaLiga EA Sports y levantar la 'Orejona' por delante de muchos favoritos. Y la reacción debía ser este martes, pero en su lugar llegó otro duro golpe tras el 0-4 del Clásico ante el FC Barcelona.
Lo más preocupante son las sensaciones que da el 15 veces campeón de Europa sin la electricidad necesaria cuando va por debajo y lejos de la actitud que demanda la grada del Santiago Bernabéu, que vio dos derrotas consecutivas por primera vez en más de cinco años.
Las piernas tampoco parecen responder, en muchas ocasiones corriendo sin sentido, de manera desestructurada. Ante los italianos, ni la épica apareció, en una entidad donde lo importante siempre son los resultados, que no llegan. Mientras en otras temporadas el compromiso era innegociable, este curso es una excepción. En esta Liga de Campeones, el Real Madrid corrió 5 kilómetros menos que el Milan, 6 menos que el Borussia Dortmund, 12 menos que el Lille y 8 menos que el Stuttgart.
"Tenemos que encontrar la solidez que hemos tenido durante mucho tiempo. Hemos encajado siete goles en los últimos dos partidos y es demasiado para un equipo que ha construido su fuerza en la solidez", analizó Ancelotti tras perder ante el conjunto 'rossonero'. Pero lo cierto es que en los últimos tres encuentros de los blancos --el triunfo (5-2) con susto ante el Dortmund, la goleada (0-4) del Barça y la derrota de este martes-- el bajón se ha acrecentado.
En defensa, el Real Madrid, que ha recibido nueve goles en los últimos tres duelos --solo hay nueve equipos que encajen más tantos de media--, concedió un total de 36 remates, es decir 12 de media. Si la ausencia de Toni Kroos es clave, parece que la de Dani Carvajal también hace mucho daño.
Además, esto ocurre con una de las defensas más hundidas de Europa, permitiendo casi 12 pases (11,8) en cada jugada de estos tres rivales. El Dortmund tuvo 1,1 goles esperados, el FC Barcelona, 1,2, y el AC Milan, 1,6, malos datos que se añaden al 1,3 contra el Stuttgart, también en el Bernabéu.
Por ejemplo, en la victoria liguera (1-2) ante el Celta, el equipo gallego tuvo 1 gol esperado, una cifra muy alta y que denota la falta de solidez atrás. Hay 14 equipos en Europa que permiten menos que el Real Madrid, cuya contundencia brilla por su ausencia, con una zaga blanda que gana solo el 41% de duelos aéreos.
EN ATAQUE, SIN PUNTERÍA NI VERTICALIDAD
Ancelotti sabe que la recuperación debe empezar por recuperar la solidez atrás, como base para crecer, pero es que el rendimiento ofensivo en el último mes está lejos de ser el mejor. La verticalidad que siempre ha caracterizado al equipo ya no es tal, ni siquiera con la llegada de un Kylian Mbappé cuya adaptación ya empieza a preocupar.
El francés tiene un mejor entorno y goza de más oportunidades, pero su pólvora está mojada. El año pasado realizaba cuatro remates de media por encuentro y este año hace uno más (5), sin contar penaltis. Sin embargo, en la 2024-2025 lleva menos de la mitad (0,3) de goles de media, cada 90 minutos, que la pasada campaña (0,7). Mbappé es más participativo --toca el balón de media 11,6 veces por las 8,8 del curso pasado--, pero su incidencia es mucho menor.
Y tampoco es un buen momento para Vinícius Júnior. El brasileño, después de no ganar el Balón de Oro, estaba en el foco ante el Milan y, aunque provocó un penalti que él mismo convirtió, su partido estuvo muy por debajo de lo esperado. Remató 4 veces, 3 de ellas entre los tres palos, pero en 58 acciones con balón sumó 20 pérdidas. Además, no estuvo eléctrico, solo completando 2 de los 6 regates intentados y su acierto en pase fue solo del 79 por ciento (26/33).
A esto se añade una versión de más a menos de Jude Ballingham. Con la llegada de Mabppé era lógico que el inglés retrasara su posición, y su inicio de temporada en la Supercopa de Europa fue notable, siendo incuso MVP de la final. Pero en 12 encuentros, siendo titular en todos ellos, todavía no ha celebrado ningún gol y ha dado dos asistencias.
En general, esto se traduce en que el Real Madrid es uno de los peores de Europa en lo que a verticalidad se refiere. Y es que, sin el 'faro Kroos', las posesiones son más cortas (50,4% de media) y los pases entre los jugadores madridistas tienen una distancia media de 17,3 metros, apenas sin arriesgar.
Ancelotti sigue sin encontrar su sala de máquinas para este año sin el alemán. Es habitual ver cambios en esa parte del campo en las alineaciones, incluso este martes cambió a los cuatros ocupantes de la medular, en un síntoma claro de que el italiano no está contento con la zona del terreno de juego que suele decidir el devenir de los encuentros.
Aún así, el conjunto madridista es el segundo equipo en Champions que más goles (2,18) genera de media por partido, solo por detrás el Manchester City. Pero la puntería es un lastre: solo marca 2,3 tantos por partido, dato que contrasta con la situación del FC Barcelona, que genera la mitad que los blancos (1,4), pero convierte más de tres goles (3,3) por encuentro en la competición continental.