MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) anunció este martes que la Asamblea General prevista para el 16 de enero y en la que se debía votar la moción de censura contra Ángel María Villar no se celebrará en esta fecha, ya que antes deben celebrarse unas elecciones parciales el 29 de enero para cubrir las vacantes en el organismo.
El pasado 29 de noviembre, Juan Luis Larrea convocó para el 16 de enero próximo la Asamblea General Extraordinaria que debía votar sobre la moción de censura presentada por Luis Rubiales, pero todo quedaba pendiente de que se resolvieran las reclamaciones contra varios miembros que podrían haber perdido su condición de asambleístas.
Así, se había solicitado que se examinasen los casos del Albacete, Vicente Iborra, Héctor Rodas, Armando Lozano, Sergio Piña, Juan Antonio Prieto, Rubén Lavín, Carlos Garde, Luis Ortiz Fernández de Mera, Julián Robles, Rafael Clavero y Adolfo Pulgar, que habrían perdido su condición de asambleístas.
Rodas, Lavín, Garde, Fernández de Mera, Robles y Prieto están entre los firmantes presentados por Rubiales, y la Junta Directiva de la RFEF dictaminó este miércoles que había que convocar elecciones parciales para el 29 de enero para cubrir las vacantes de seis miembros del estamento Futbolistas y dos del estamento Entrenadores de clubes.
Además, por este motivo, Larrea, "previa conformidad de la Junta Directiva", acordó aplazar la celebración de la Asamblea General Extraordinariamente del 16 de enero "a la fecha que se determinará una vez que la Asamblea General se encuentre totalmente constituida".
"Todo ello, con el fin de garantizar la correcta constitución de la Asamblea General, los derechos de los promotores de la moción de censura y el derecho de defensa del presidente de la RFEF", añadió el comunicado del organismo, que advierte que todo está a la espera de los recursos interpuestos al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).
Por último, la Junta Directiva acordó adherirse al comunicado de la RFEF del pasado viernes en el que reconocía que tanto UEFA y FIFA habían mostrado "una enorme preocupación por la situación" que estaba atravesando la RFEF, "ratificando íntegramente todo su contenido".