MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
La selección española femenina de fútbol se clasificó el pasado martes para su tercer Mundial consecutivo, un logro que no debe pasar desapercibido pese a que ya desde hace algunos años se dé casi por seguro que el combinado nacional tiene que estar en unas grandes citas antes casi inaccesibles.
Y es que no hay que remontarse demasiado en el tiempo para ver que a España le costaba estar entre las mejores. De hecho, hasta el 2013, en el haber de la Absoluta solo brillaba el histórico tercer puesto en la Eurocopa de 1997, un éxito que no tuvo continuidad en un fútbol femenino español que está viviendo uno de sus mejores momentos que espera corroborar el verano que viene en la cita continental que acogerá Inglaterra.
Pero todo empezó a cambiar el 24 de octubre de 2012. Ese día, España recibía en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid) en la vuelta de su repesca de clasificación para la Eurocopa del año siguiente a Escocia, con la que había empatado a uno. Fue una noche de sufrimiento, en el que las escocesas fueron por delante hasta en dos ocasiones y donde las españolas firmaron una épica remontada con los goles de Silvia Meseguer y de, en el minuto 122, Vero Boquete, que minutos antes había fallado un penalti que parecía definitivo.
Desde entonces, la 'Roja', que cayó en cuartos ante Noruega en aquella cita continental, no ha vuelto a sufrir para clasificarse para ninguna gran cita y ha ido mostrando un gran crecimiento que le ha permitido instalarse entre las mejores y poderlas competir de tú a tú.
Así, un año después de aquella Eurocopa, la selección hizo historia al clasificarse para su primer Mundial, en Canadá en 2015, y además lo hizo de forma directa y sin perder ningún partido en la fase de clasificación, cediendo sólo un empate sin goles en su visita a Italia, su principal rival.
La experiencia en Norteamérica no fue la mejor, con sólo un empate arañado ante Costa Rica y la posterior carta de queja de las internacionales contra el seleccionador Ignacio Quereda, que provocó la llegada al cargo de Jorge Vilda, que comenzó a construir un bloque muy reconocible y apoyado en el talento que había y el que empezó a llegar desde el buen trabajo en la base.
Con el técnico madrileño, España se clasificó también para la siguiente Eurocopa de 2017, esta vez ganando todos sus partidos, y también haría lo mismo para repetir presencia en el Mundial de 2019 de Francia. Austria, en cuartos y por penaltis, y la potente Estados Unidos, en octavos y por un ajustado 2-1, le cerraron el camino en aquellos torneos.
Pero desde 2019 ha llegado la eclosión y el mejor momento del combinado nacional, liderado también por la pujanza de un FC Barcelona que hizo historia al conquistar la pasada temporada la Liga de Campeones y por un talentoso grupo de futbolistas que ahora tienen por fin el reconocimiento internacional que antes se les negaba y que demuestra el 'Balón de Oro' de Alexia Putellas.
Ya son 21 partidos sin perder desde cayese por la mínima en marzo de 2020 ante los Estados Unidos en la 'She Believes Cup' y ahora llega por primera vez en su historia como seria candidata a la Eurocopa de Inglaterra, a la que se clasificó también con solvencia y dejándose únicamente dos puntos en su visita a Polonia.
Ahora, a falta de dos partidos, también ha sellado su billete al Mundial de 2023 ganando todo de momento y sin encajar un gol. De hecho, en las tres últimas fases de clasificación sólo lleva tres tantos en contra. En Australia y Nueva Zelanda le esperará un nuevo reto y un sueño nuevo, el olímpico.