BRUSELAS 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha declarado este viernes ilegales las normas de la FIFA sobre relaciones contractuales entre jugadores y clubes al afectar a la transferencia de futbolistas, esto es a la competencia y libre circulación de personas.
Esta sentencia es a raíz del caso de Lass Diarra, exjugador del Real Madrid y que como futbolista del Lokomotiv de Moscú vio resuelto su contrato después de que el equipo ruso alegara un supuesto incumplimiento y pidiera una indemnización que tendrían que asumir el jugador y como responsable solidario su nuevo club, lo que según el futbolista francés frustró un posible contrato con el Sporting de Charleroi de Bélgica.
Ahora, la Justicia europea declara que "estas normas en su conjunto son contrarias al Derecho de la Unión". Primero porque las normas pueden "obstaculizar la libre circulación de los futbolistas profesionales" que desean jugar en otro club dentro de la UE.
Las reglas de la FIFA entrañan "riesgos jurídicos importantes", así como "riesgos económicos imprevisibles y potencialmente muy elevados", además de "riesgos deportivos serios" que a la postre "pueden obstaculizar la transferencia internacional de esos jugadores".
A juicio del TJUE, aunque se pueden aplicar restricciones al libre movimiento para garantizar la regularidad de las competiciones de fútbol entre clubes, la norma que afecta a Lass Diarra va "más allá de lo necesario" y por tanto no lo ve justificado.
Respecto al impacto de las normas de la FIFA en la competencia entre equipos, el tribunal europeo señala que las medidas buscan limitar la competencia transfronteriza mediante fichajes unilaterales de jugadores con contrato o de aquellos que vieron finalizado su contrato sin causa justa, pero considera que estas normas "no parecen indispensables o necesarias".
La sentencia sigue el criterio del Abogado General que el pasado abril ya señaló en su dictamen que las normas de la FIFA sobre relaciones contractuales entre jugadores y clubes podían ser contrarias al Derecho europeo. El jugador francés demandó a la FIFA y la Federación Belga de Fútbol solicitando el pago de seis millones de euros en concepto de daños y perjuicios y de lucro cesante.