MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El golfista español Jon Rahm acude optimista a la conquista de su cuarto Acciona Open de España presented by Madrid, cita donde quiere "intentar jugar bien" y a la que llega tras "un año increíble", pero sobre todo animado por la posibilidad "única" de competir ante "el público que te quiere" y de haber conseguido su "sueño" de jugar este torneo como "un referente".
"Ha sido un año increíble, he gozado de muy buen golf, sobre todo a principio de año, luego tuve una gran Ryder. Es difícil de explicar lo que uno siente con un año como este, pero el objetivo siempre es el mismo, vengo a intentar jugar bien y a ganar, a ver si puedo conseguir ese cuarto Open de España", expresó Rahm ante los medios en la presentación del evento.
El vasco dejó claro que esta cita la tiene marcado en 'rojo' en su calendario. "Una vez terminamos los 'playoffs' en la PGA, normalmente juego en Wentworth, el Open y en Dubai. Si tengo que elegir de esos tres alguna vez, vendré a este antes que a los otros dos", advirtió.
"Ojalá que venga el año que viene con otro 'grande'. Me encantaría que fuese un Open Británico, por ser el único torneo que puede darle cierta rivalidad al Masters, pero sería increíble si fuese capaz de cerrar ese 'Grand Slam' español con el PGA", consideró en relación al único 'major' que no ha ganado el golf nacional.
El actual campeón del Masters no escondió que sería "un honor" lograr su cuarto triunfo y superar en el palmarés a Severiano Ballesteros. "Cada vez que unes tu nombre al de 'Seve' es un honor, pero no quiero pasar mucho tiempo pensando en ello. Siendo el referente que él ha sido, si llego a cuatro y con lo rápido que lo he hecho es algo increíble", afirmó.
Rahm ya entrenó este lunes en el campo madrileño, aunque aclaró que "un lunes muchas veces no está ni cerca de cómo está un jueves", pero sí confirmó que lo vio "en muy buenas condiciones" y que se ha hecho "una gran labor". Respecto al público, cree que el jueves habrá "menos" por el desfile de las Fuerzas Armadas por el Día de la Hispanidad y porque en el golf es "normalmente el que menos gente". "Ojalá me equivoque", declaró.
"Jugar ante el público que te quiere es único, pero eso cuesta ciertos hoyos porque ellos quieren que juegue bien y me tengo que acostumbrar hasta yo. Tengo motivación y presión, un poco más de presión y esa adrenalina tienes que intentar manejarla de la mejor manera. En tres los cuatro años que he jugado, lo he logrado, con domingos muy buenos como el de 2018 o el del año pasado. Era mi sueño venir al Open de España como un referente y que la gente viniese a verme con ese entusiasmo. Ojalá que pueda seguir jugando bien y entretenerles como he hecho hasta ahora", agregó el doble ganador de 'major'.
PIDE "UN POCO MÁS DE AMBICIÓN" A LOS ORGANIZADORES
Rahm reconoció que no sabe lo que puede pasar con el calendario tras la fusión del PGA, el DP World Tour y el LIV y que va a depender "de las decisiones de los líderes del golf mundial", pero que considera que "habría diferentes opciones" para este torneo.
Sin embargo, sí aprovechó la ocasión para pedir a los organizadores "un poco más de ambición para tener a los mejores del mundo". "El torneo ha crecido mucho, pero tiene que competir con torneos como Los Angeles, el Memorial o Wentworth y hay que hacer que los jugadores que igual no lo tienen en mente, que vengan. Hay que tener la ambición de que este torneo sea tan grande como esos y poco a poco llegar", detalló el vasco.
"Yo puedo intentar convencer a los jugadores. Madrid es un destino al que muchos quieren venir y la ciudad es un gran atractivo para los jugadores. Entiendo la razón de por qué no está en su radar, obviamente el dinero tiene que subir, pero siempre ha habido algún gran jugador que ha venido y este año viene Justin Rose. Puedes ponerlo en cierta fecha del calendario y que coincida con que los que jugamos en Estados Unidos estemos en Europa para que podamos encadenar dos semanas. Intentaré hacer lo que pueda", subrayó sobre su posible papel para que el Open de España lo jueguen más figuras.
Su paso por la Ryder Cup fue también objeto de muchas preguntas. El de Barrika recordó que esta competición "es muy diferente al resto" y una semana de 'major', en la que está más centrado en su "rutina" y no está "preocupado de otras cosas". "En la Ryder, siendo uno de 12, formas parte de un equipo y los primeros días cambia, intentas hacer que los novatos estén más cómodos, vas dando más consejos y todos pedimos historias a Chema (Olazabal, vicecapitán) para que nos alegre el día", indicó.
"El domingo de la Ryder fue algo que mentalmente me desgastó más que otros domingos que he jugado, por presión de salir el primero, de llegar hasta el 18, ganarlo y ver sufriendo las tres siguientes horas, porque cuando no tengo el control lo paso igual de mal. Me di cuenta de que no estoy preparado para ser capitán", señaló sonriente.
Pero también sabe que "resetear es parte del golf". "Cuando gané el Masters, al jueves siguiente ya tenía otro torneo, no tienes meses para celebrar porque siempre hay un torneo más. Esta semana es muy importante para mí y he descansado para estar con las pilas cargadas, ha sido suficiente para venir con ganas de ganar", advirtió después de un pequeño descanso tras ganar la Ryder Cup.
Rahm confesó que es "un gran acierto" el que Europa pueda contar con José Maria Olazabal en la Ryder porque "la emoción e intensidad que trae a través de lo que aprendió de Seve es inigualable". "No puedo explicar lo que eso hace para ciertos jugadores, sobre todo para mí", apuntó.
"Puede que el de los Estados Unidos sea más un equipo de lo que pensamos y simplemente es que jugamos mejor que ellos. Sólo sé que Europa, una vez que llega el lunes, es un equipo y ninguno es más que otro. No sé por qué creo que la mayoría de esa labor la hicieron los grandes jugadores de los 80 y los 90, para que viésemos lo que significa ser parte del equipo europeo. No sé lo que pasa en el otro vestuario", replicó preguntado por la posible falta de conexión entre los americanos.
DESEA UNA RYDER EN ESPAÑA Y CON LA PRESENCIA DE SERGIO GARCÍA
Uno de los teóricos puntos de fricción en el bando rival en Roma era la división que podría haber entre los que pedían que se pagase por jugar el evento, como Patrick Cantlay, y los que no. "Entiendo la lógica por lo que lo dice Cantlay, pero para mí, sobre todo siendo alguien que empezó a jugar al golf gracias a ese impacto de esa Ryder de 1997 en Valderrama y por 'Seve', es algo especial. Yo la jugaré sí o sí y ya dije que si hace falta pagaría por ser parte de ella", manifestó el vasco.
Esta también resaltó que no sabe "qué pueden hacer" los organizadores de la Ryder Cup para "igualar las cosas" tras los últimos resultados y victorias locales. "Uno de los logros más difíciles que hay en el golf es ganarla fuera de casa, pero un equipo de casa debe tener esa ventaja", puntualizó.
"Ojalá la veamos", deseó ante la posibilidad de que el evento vuelva a España algún día. "Todavía no se sabe cuando va a ser la del 31, a ver si hay suerte. Vi cómo era el público italiano con los Molinari y eso que eran vicecapitanes, así que no me puedo imaginar la intensidad de jugar ante el público español, sería todo un honor y si tengo la suerte de poder ser parte, ojalá también pueda estar Sergio (García) involucrado de cualquier modo porque es el mejor jugador de la historia de la Ryder, el golf se lo debe", expresó el número tres del mundo.