MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Marc Márquez se proclamó este domingo campeón del mundo por sexta vez, la cuarta en la categoría reina del motociclismo, y obtuvo la recompensa al trabajo, innovación y tecnología de todo el equipo Repsol Honda en una temporada en la que el español ha recorrido 9.000 kilómetros y ha consumido 20.000 litros de combustible.
Entre entrenamientos y carreras, Marc Márquez ha recorrido unos 9.000 kilómetros en su honda RC213V, una distancia similar a la que hay entre Madrid y Pekín.
En este equipo se encuentran 20 ingenieros de Honda y Repsol, que trabajan codo con codo desde hace más de dos décadas para lograr la mejor combinación entre el motor, el carburante, el lubricante y todos los elementos que componen una moto. Los investigadores del Centro de Tecnología Repsol han dedicado unas 10.000 horas al programa de competición.
"El desarrollo del motor, la gasolina y el aceite tienen que hacerse conjuntamente para obtener lo mejor de cada uno de ellos", afirmó Santiago Maroto, investigador del Centro de Tecnología Repsol. "Es la mejor forma de obtener el máximo rendimiento y la máxima eficacia. Sin este trabajo conjunto sería imposible ganar un Mundial", añadió.
Buena parte de los materiales que se utilizan en la fabricación de una moto única como la que pilota Marc Márquez son productos químicos. Materiales como el polipropileno, las espumas de poliuretano o el caucho sintético pueden encontrarse desde el carenado a los neumáticos, pasando por el asiento, el guardabarros e incluso los adhesivos de los patrocinadores.
La innovación tecnológica ha hecho posible, por ejemplo, que los neumáticos puedan tener una duración 400 veces mayor que antaño y que sean más seguros. Lo mismo sucede con el casco del piloto, que ha mejorado su capacidad protectora gracias al uso de espuma de poliuretano. Los plásticos, muy maleables, ayudan a la mejora de la aerodinámica de la moto, un aspecto clave en la carrera.
La labor de estos investigadores se hace más compleja de año en año, porque los reglamentos que rigen los campeonatos se vuelven cada vez más exigentes, con la intención de aumentar la igualdad y la seguridad, además de limitar los costes. En este contexto, los lubricantes también son fundamentales para asegurar la fiabilidad y la mejor puesta a punto para unos motores que alcanzan las 18.000 revoluciones por minuto. Y más cuando el reglamento de MotoGP ha ido reduciendo el número de motores que se pueden usar en cada temporada.
Una vez que el equipo da el visto bueno para el lubricante, se elabora el aceite escogido a gran escala en el mismo Centro de Tecnología Repsol. En total se fabrican 4.800 litros anuales para las Repsol Honda, tanto para el Mundial como para el desarrollo del motor. Lo mismo sucede con la gasolina, con 40.000 litros producidos al año.
Desde 1995, el trabajo conjunto y el conocimiento compartido por parte de investigadores y tecnólogos de Honda y Repsol ha servido para obtener el mejor palmarés de un equipo de motociclismo en la historia: 13 títulos individuales, más de 150 victorias y 400 podios en 500cc y MotoGP.