MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -
El piloto español Fernando Alonso, que lleva mucho tiempo 'deprimido' en la Fórmula 1, aspira a volver a sonreír este domingo en las 500 Millas de Indianápolis (18.20 hora española), una prueba inédita que disputará con el equipo McLaren-Honda-Andretti decidido a lograr la victoria en su debut.
Campeón mundial de Fórmula 1 en 2005 y 2006, Alonso hace más de una década que no saborea la gloria en el 'Gran Circo' y esa sequía, sumado al hartazgo por el fiasco continuo en el que se ha convertido la alianza entre McLaren y Honda, le han llevado a buscar nuevos horizontes.
Compaginar varias competiciones era habitual para los mejores pilotos en el pasado, pero el paso que ha dado este año Alonso ha sorprendido a todo el mundo del automovilismo y ha provocado que la afición europea vuelva a su mirada al Indianapolis Motor Speedway, que acoge desde hace dos semanas la 101ª edición de las 500 Millas, cuyo momento álgido llegará este domingo.
Alonso saldrá en quinta posición de los 33 pilotos que tomarán la salida en la prueba, en la que también habrá otro español mucho más experimentado en estas lides, Oriol Servià, quien partirá duodécimo. Todos ellos deberán dar 200 vueltas a un recorrido de 2,5 millas (4.023 metros) en un circuito oval, una prueba que suele prolongarse por encima de las tres horas.
Las 500 Millas son la cita más destacada del campeonato IndyCar, llevan disputándose desde 1911 y reúnen a 275.000 espectadores en las gradas. Una carrera plagada de historia que este año se ha visto agitada por la llegada del piloto asturiano, al que no ha importado renunciar al Gran Premio de Mónaco para buscar motivación.
Precisamente la carrera monegasca de Fórmula 1 es una de las tres puntas de la triple corona del automovilismo mundial, esa que solo ha conquistado el británico Graham Hill. Alonso ya ganó dos veces en el Principado (2006 y 2007), ahora va a por las 500 Millas y en algún momento del futuro ya ha confirmado que también intentará reinar en las 24 horas de Le Mans.
De momento, las apuestas sitúan al piloto de McLaren entre los máximos favoritos al triunfo junto con el australiano Scott Dixon, ganador en 2008 y que partirá desde la 'pole'. Acostumbrarse al elevado tráfico sobre el asfalto, infinitamente más superior y complejo al de la F1, será el principal obstáculo para que Alonso acabe bebiendo la botella de leche que se entrega al campeón, otra de las peculiaridades de una de las pruebas históricas del automovilismo.