María Bernabéu
PRENSA CSD
Actualizado: viernes, 10 febrero 2017 14:47


MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -

La judoca española María Bernabéu no olvida perder la medalla en los Juegos Olímpicos de Río fue un "bache muy gordo", pero tiene claro que de las "dificultades" y los momentos "duros" en el deporte se aprende y por ello ya afronta sus "nuevas metas".

"Perder la medalla en los Juegos fue para mí un bache muy gordo. Cuando ves que lo tienes tan cerca, cuando ves a tu alcance una medalla olímpica y la pierdes a tan poco, es algo muy duro", señaló en declaraciones facilitadas por el Consejo Superior de Deportes (CSD).

La salmantina llegó a Río de Janeiro como única opción de medalla de España en judo, en la categoría de -70kg, pero cedió en la pelea por el bronce ante la alemana Laura Vargas-Koch por la técnica de oro. "Tienes que pensar: he estado ahí y he dado el cien por cien. Tengo que estar superorgullosa. He estado ahí y lo puedo hacer mejor", apuntó.

Las "dificultades" y los momentos "duros" en el deporte sirven para aprender que el "esfuerzo" merece la pena. "Hay que sacar lo mejor de cada experiencia, tanto negativa como positiva, seguir adelante y recordar todo lo bueno que nos ha aportado el deporte", aseguró.

La judoca ya prepara junto a su entrenador Carlos Montero en el CAR de Madrid el próximo Campeonato del Mundo de Budapest que se disputará a finales de agosto. "En este centro tenemos todo al alcance, es muy cómodo. Yo he viajado por Europa y por el Mundo y creo que en Madrid tenemos una de las mejores instalaciones", reconoció.

Montero lleva junto a ella diez años y ahora encuentra su motivación en "el reto del día a día". "Tengo bastante fe en Dios y, con la ayuda de mi familia y amigos, y la confianza de mi entrenador afronto mis nuevas metas, pero para ello es importante no ponerse límites", destacó Bernabéu.

La judoca comenzó a practicar judo "obligada" por su madre. "Al principio no me gustaba, pero poco a poco, y casi sin querer, me enganché. Dejó de ser solo un deporte y se convirtió en mi estilo de vida", subrayó.

Bajo el lema de "si una persona trabaja, los resultados acaban llegando", se proclamó subcampeona del mundo en Astaná (Kazajistán) en 2015 y pasó de ser una "promesa" a convertirse en una "realidad".

A sus 28 años de edad compagina el judo con la carrera de Derecho, un trabajo "duro, pero no en vano". "Pero cuando haces dos cosas que te gustan y quieres llegar lejos en ambas, encuentras el tiempo y la motivación suficientes para tirar hacia adelante con ellas", matizó y recordó que "un buen judoca debe llevar fuera del tatami los valores de respeto e integridad que enseña este deporte", aseguró la española.

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