MADRID 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
El CN Sabadell Astralpool agrandó su leyenda con su segundo título consecutivo de la Supercopa de Europa al imponerse este viernes (9-8) al Olympiacos griego, un equipo rocoso que comenzó dominando el marcador pero que al final acabó sucumbiendo ante la multitud de recursos y variantes del campeonísimo español.
El apretado resultado final, con parciales de 1-2, 3-3, 4-2 y 1-2, tuvo bastante suspense y significó el éxtasis en la abarrotada piscina Sant Jordi de Barcelona.
Comenzó el partido un tanto frío de ambiente, pese a las abarrotadas gradas del recinto barcelonés, y encima con el 0-1 de Manolioudaki que luego arregló Anni Espar. Se preveía un duelo duro, pero es que este concepto las griegas lo llevan al extremo: férrea defensa al límite de la exclusión y posesiones largas en ataque abriendo mucho las bandas en busca de la mejor opción de tiro o a vivir de alguna superioridad.
Esa estrategia les resultó en el primer cuarto (1-2). Pero, en el segundo, Nani Guiú equilibró los balances y cimentó las bases del triunfo. Primero con una remontada (3-2) psicológica y luego aguantando a un Olympiacos que tampoco se iba a dejar llevar tan fácil (4-4).
Ya en el tercer cuarto, Laura Ester cerró su 'jaula' a cal y canto, ayudada también por una encomiable defensa en la que trabajaron todas, y en ataque las del Vallès vivieron sus mejores minutos, con cuatro bellos goles de distintas facturas ante un Olympiacos al que le empezó a pesar mucho la final ante el 'dream team' español, que tiene variantes en el banquillo y a algunas de las mejores jugadoras del mundo.
Con 8-6 no era para festejar nada pero sí para jugar con cabeza ante los ocho últimos minutos de partido. Las griegas son un grandísimo equipo y había que trabajar mucho. Allanó el camino una gran vaselina de Maica García (9-6) al principio del cuarto; pero, a partir de ahí, las locales encogieron el brazo y las helenas buscaron recortar.
Lo consiguieron las griegas con Asimaki y Plevitrou para poner el 9-8 a 1,48 segundos del final. Eso sí, ya no se movió el marcador pese al suspense que dio paso a la euforia definitiva entre las jugadoras españolas.