MADRID, 1 Ene. (EUROPA PRESS) -
El 'MAPFRE' volverá al agua este martes cuando tenga que afrontar, casi sin descanso, la cuarta etapa de la Volvo Ocean Race, la vuelta al mundo a vela con escalas, que llevará a la flota por un recorrido inédito desde la australiana Melbourne hasta Hong Kong.
Esta se estrena como puerto en la 'VOR' y será la meta tras otro maratón de 6.000 millas que llevará a los siete 'VO65' en una ruta que, según indican los organizadores y a falta de saber si habrá zona de exclusión, parece complicada por las innumerables alternativas que existen.
Los de Xabi Fernández partirán como los rivales a batir después de las buenas prestaciones que están ofreciendo en las anteriores etapas con las victorias consecutivas en Ciudad del Cabo y Melbourne que, con el segundo puesto logrado en Lisboa, les ha aupado en el liderato con 29 puntos.
El 'MAPFRE', que aprovechó bien la puntuación doble de la anterior etapa, aventaja en seis puntos al 'Dongfeng' chino, que se perfila como su principal rival, y al 'Vestas 11th Hour Racing', e intentará volver a demostrar su buena gestión de las vicisitudes como en las segunda y tercera etapa, donde sus decisiones tácticas y el buen funcionamiento del barco han sido claves.
La tripulación del equipo español, que será la misma que en el anterior viaje oceánico, ha tenido tiempo para descansar después de llegar el pasado domingo, ya en la madrugada del lunes australiano, y, sin regata costera de por medio, tan sólo una Pro-Am previa, se ha dedicado principalmente a afinar su 'VO65', que vivió una etapa de mucho ajetreo, con fuertes vientos, borrascas y continuas trasluchadas.
En esta ocasión, los desafíos parecen que serán diferentes de camino a Hong Kong con posibles ciclones tropicales y monzones. En la primera parte, la flota deberá vigilar la naturaleza cambiante del clima, con la posibilidad de que una baja presión procedente del Sur le impulse a toda velocidad rodeando la punta de Australia, pero si se produce una alta presión, los equipos tendrán que estar muy atentos.
Luego llegará el turno de lidiar con los alisios (vientos de moderados a fuertes que soplan desde el Sureste hacia el Ecuador en el Hemisferio Sur), mientras que los temidos Doldrums (calmas ecuatoriales con tormentas, vientos suaves y rachas inesperadas) también pueden hacer acto de aparición, sobre todo por ser diferentes a los que se encontraron en el Atlántico en la segunda etapa y que puede convertir la salida del mar de Coral en una de las zonas más críticas de esta etapa.
Por último, cuando crucen esta zona entrarán en los alisios del Noreste (lo que soplan hacia el Ecuador en el Hemisferio Norte) y se entrará en una cerrada lucha hasta la llegada en lo que se presume una carrera a toda velocidad hacia la meta tras una previsión de 20 días de dura etapa.