MADRID, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
La karateca española María Torres asegura que su histórico oro mundial en la categoría de 68+ kilos del pasado mes de noviembre no le ha "cambiado absolutamente nada", pero que sí le ha dado "más visibilidad" a su modalidad, al tiempo que reconoce que ese título "supera a todo lo malo" que le ha pasado como fue el quedarse fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio.
"No me ha cambiado absolutamente nada. Estoy muy feliz de ser campeona del mundo, pero no me ha cambiado la viva. Ahora hay mucha más gente que me conoce y el oro me ha dado más visibilidad a esa parte de mi deporte que estaba un poco más escondida como el kumite y por ese lado estoy contenta", señaló María Torres en una entrevista a Europa Press.
La malagueña ha "notado" desde su éxito en Dubai que "mucha gente" no sabía que no había ningún campeón del mundo en la actualidad de su modalidad. "Me alegra y me hace feliz que la gente conozca el kumite gracias a este paso que he dado", admite.
El título logrado a finales de noviembre fue "un broche de oro a un año bastante difícil", marcado también por el "palo gordo" de no poder clasificarse para los Juegos tras perder en "el último momento" en el Preolímpico. "Creo que todo pasa por algo y si no hubiese perdido ese combate, a lo mejor no hubiese quedado campeona del mundo", advirtió.
"No", replicó preguntada sobre si cambiaría su oro mundial por haber podido estar en Tokyo 2020. "Ahora mismo estoy con mi medalla en mi cuarto", señaló sonriente. "Unos Juegos son una pasada y me hubiera encantado estar, pero ser campeona del mundo es ser campeona del mundo y no lo cambio", añadió.
Además, sabe la dureza de su deporte y como se puede ir todo el trabajo de muchos años por un pequeño detalle. "Al final, lo que nos engancha de este deporte es que mucha veces, te esfuerces lo que te esfuerces y por más tiempo que le hayas dedicado a un objetivo, no lo consigue. Pasan estas cosas y luego quedas campeona del mundo y eso supera a todo lo malo que ha pasado antes", subrayó la andaluza.
Por otro lado, Torres no oculta que ha "notado" lo que significa que su deporte haya sido olímpico. "Conlleva mucha más visibilidad y apoyo. Son unos Juegos y eso es lo máximo que hay en el deporte, y es verdad que hay una diferencia bastante grande desde que lo era y ahora que no lo es", apuntó.
"Ahora es todo mucho más difícil porque en el proceso de olímpico tienes una beca ADO, más ayudas, muchas más empresas se vuelcan y ahora, en cambio, te tienes que buscar un poco más la vida por tu cuenta si uno quiere dedicarse profesionalmente a este deporte", puntualizó la karateca, que ve "muy complicado" que el COI rectifique y su deporte sea olímpico en 2024. "Esperanza siempre queda, pero es un poco difícil porque ya ha pasado bastante tiempo y no ha rectificado", resaltó.
LA IMPORTANCIA DE SU PSICÓLOGA DEPORTIVA Y DE SU PADRE
Torres reconoce la dificultad de compaginar de esta manera la carrera deportiva con la laboral porque sin estas ayudas "a nivel de competición sí que es muy difícil" y pone ejemplos de otros países como Italia donde sus karatecas forman parte de la policía o el ejército y por eso "se dedican plenamente al karate y cuando terminen de competir tienen trabajo", mientras que en España se tiene que "buscar la vida a nivel de patrocinio" para hacerlo.
Mirando el futuro, afronta ilusionada un 2022 "cargado de objetivos" con el Europeo, los Juegos Mundiales a los que se ha clasificado por su oro en Dubai y los Juegos del Mediterráneo, citas en la que será "la rival a batir" en su peso por su condición de campeona del mundo. "Todo el mundo querrá ganarme, es lo que ya haría, pero es algo que tengo bastante controlado y que trabajo con mi psicóloga deportiva. Ya nada más acabar el Mundial me dijo que había que trabajarlo y es lo que estamos haciendo", detalló.
Y es que para la deportista, esta figura "es imprescindible" para su "rendimiento" y para su "vida normal". "A veces habla más con ella de mi vida diaria que de la deportiva. Es una figura que me relaja, que me ha ayudado mucho a crecer como persona y como deportista y a la hora de rendir me ayuda muchísimo y me quita todas las dudas que me puedan surgir en una competición de alto nivel", explicó.
"En la modalidad de combate son tres minutos y lo que piensas hacer lo debes hacer en milésimas. Tienes que estar atenta a que los nervios y las dudas no te coman y que no hagas lo que piensas. Psicológicamente hay que tener las ideas clarísimas en el tatami y saber que puede pasar cualquier cosa y no venirte abajo si algo va mal ni arriba si va bien. El cuerpo y la mente deben ser equilibrio", admitió.
Además, María Torres cuenta como entrenador con su padre, Eugenio, múltiple campeón de Europa, y "la principal figura" que le impulsó para hacer karate. "Quería ser como él y cuando empecé a practicarlo y ver lo que era la competición, me enganché, me lo pasaba genial y me di cuenta que era lo que me gustaba, fue el deporte que más me gustó", afirmó.
"Mi padre y yo nos llevamos genial, tiene claro lo que es el tatami y lo que es casa, cuando es padre y cuando es entrenador. Como entrenador es muy duro, pero cuando es padre es un sol y estoy muy agradecida porque es lo que ha hecho que este cómoda en mi casa y en el tatami", remarcó. "Él me lo ha enseñado todo desde los tres años y cuando gané el oro le miraba y pensaba en cómo se tenía que sentir, 'flipaba' con él", manifestó sobre el momento de compartir su victoria en Dubai.
María Torres, que tiene la docencia como vocación, ayuda también a su padre en el gimnasio que tiene y donde celebra ver a "muchísimas niñas" entrenando con ella. "Yo doy clase de tres a diez años y cada vez veo que hay más igualdad y para mí ese es mi objetivo, que las niñas estén igual de cómodas haciendo un arte marcial y seguiré trabajando para que todas puedan llegar donde estoy yo o al memos lo intenten", declaró.
"Yo soy quien soy gracias al karate, mi personalidad, mi capacidad de esfuerzo. El karate me ha enseñado principalmente a tranquilizarme, el respeto por los demás y la constancia", sentenció la malagueña.