MADRID 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
La karateca española Sandra Sánchez, flamante nueva campeona del mundo en la modalidad de kata, ha admitido que le "cuesta todavía creer" la gran acumulación de títulos a su palmarés, en el que ya figuraba la corona europea y la primera posición del ranking mundial durante varias semanas consecutivas, pero que este sábado se ha redondeado a sus 37 años con el oro obtenido durante el Mundial celebrado en Madrid.
"Seré consciente de todo esto dentro de unos años. Hoy por hoy lo vivo como si no lo viviera yo, como si fuera en tercera persona y todavía me cuesta creerlo. Estoy segura de que, cuando vea el vídeo de la final, ya lo viviré como si fuera yo. Me cuesta todavía creer que todo esto me esté sucediendo", insistió Sánchez en la zona mixta del WiZink Center, agasajada por una multitud de periodistas y por la cúpula de la Real Federación Española de Karate (RFEK).
"Era todo muy emocionante. Roja, azul, otra roja, otra roja... Todavía con muchos nervios y muy feliz. Antes de salir me decían: 'Llénate de toda esa energía que te va a dar el público'. Yo sabía que me iban a animar, pero además es que ha sido como en masa. Hay un momento a la mitad del kata que oyes a tanta gente y te vienes arriba", afirmó.
"No se puede estar mejor a los 37 años, que nadie diga nada de la edad", bromeó al respecto. "En el podio he sentido de todo. Yo quería darle mi medalla a toda la gente y regalársela a todos los que han creído que podía hacer esto", comentó la karateca talaverana en presencia de María José Rienda, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD).
Sánchez venció en la final por 3-2 a la japonesa Kiyou Shimizu. "Yo siempre decía que era número 1 del mundo, que eso es un premio a la regularidad, pero que no era campeona del mundo y había que ganarlo para ser realmente la mejor. Era como una espinita que me quedaba por cumplir. Y ahora, a marcar el siguiente reto, que es Tokio", dijo en alusión a los Juegos del año 2020, donde el karate hará su debut olímpico.
Además, Sánchez analizó su duelo con la nipona. "Sabía que serían detalles y que iba a ser una decisión cerrada, porque muchas veces un 5-0 --resultado habitual en su disciplina-- no significa que haya habido mucha diferencia. A lo mejor un detalle de una posición que el árbitro evalúa, una parte de ese sentimiento de expresar y de transmitirle al árbitro y ponerle los pelos de punta. No sé, habrá que preguntar a los árbitros", concluyó entre risas y con alegría desbordante.