MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los responsables de la regata de The Ocean Race, la vuelta al mundo a vela con escalas, han impulsado una misión científica en la Antártida en la que se recopilarán datos sobre la salud del océano en los confines australes del planeta y analizarán la posible presencia de microplásticos.
El equipo científico especializado, que se desarrolló y utilizó en The Ocean Race 2022-23 para recopilar más de cuatro millones de datos sobre la salud del océano, se utilizará durante una expedición única de cuatro meses en un velero diseñado específicamente para expediciones polares.
El veterano navegante antártico Stephen Wilkins, que ha visitado la región en 22 ocasiones, será el encargado de recopilar los datos y las muestras a bordo.
El barco zarpó este lunes de las islas Malvinas y se dirigirá al mar de Bellingshausen, en la Antártida, donde permanecerá en medio del hielo durante dos meses, la mayor parte del tiempo al sur de los 70 grados Sur, antes de dirigirse al norte, a Chile.
Se tomarán 60 muestras de agua para analizar la presencia de microplásticos, 40 durante la navegación y 20 cuando el barco esté fondeado. El Centro Nacional de Oceanografía (NOC), colaborador científico de The Ocean Race, analizará las muestras para determinar el número y el tamaño de los microplásticos, así como su composición química, utilizando técnicas analíticas de vanguardia.
Estos datos ayudarán a comprender mejor la propagación y el posible origen del plástico oceánico. Los científicos podrán comparar las muestras recogidas en el viaje de ida y vuelta a la Antártida con los datos existentes para determinar cómo están cambiando los niveles de contaminación plástica.
El equipo de muestreo capturará microplásticos diminutos, de hasta 30 micras de tamaño. Este nivel de análisis nunca se ha realizado antes en la Antártida, lo que supone una importante oportunidad para mejorar el conocimiento del alcance de la contaminación por plásticos en esta remota región.
El Océano Antártico es una parte emblemática del recorrido de la regata The Ocean Race y un campo de pruebas donde los mejores regatistas oceánicos del mundo se ponen a prueba en condiciones extremas. La regata ha aportado datos a la comunidad científica que estudia los cambios que se están produciendo en esta remota parte del mundo, pero esta es la primera vez que el equipo de The Ocean Race se utiliza en el Océano Antártico con este fin fuera de una regata.
Para la doctora Katsiaryna Pabortsava, biogeoquímica marina del Centro Nacional de Oceanografía (NOC), estas muestras ayudarán a comprender mejor la abundancia, las características, las fuentes, el destino y el impacto de los microplásticos en la remota región antártica.
"Los científicos tendrán una oportunidad única de investigar cómo se transportan los microplásticos a la Antártida, cómo se dispersan por las profundidades oceánicas y cómo se acumulan en el lecho marino. Esto es crucial para nuestra comprensión de los riesgos que estos contaminantes suponen para el singular ecosistema antártico", manifestó.
¿CÓMO RESPONDERÁN LOS OCÉANOS AL CAMBIO CLIMÁTICO?
El barco también llevará uno de los OceanPacks de The Ocean Race para medir una serie de datos oceánicos a lo largo de los cuatro meses de travesía como el oxígeno, el dióxido de carbono, la salinidad, la temperatura del agua y la presión atmosférica. Este tipo de datos rara vez se obtienen en estas latitudes, por lo que son muy valiosos para los socios científicos de la regata.
Estas instituciones, líderes mundiales, entre las que se encuentran el Centro Helmholtz de Investigación Oceánica GEOMAR, Ifremer y el CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique, en francés), analizarán los datos como parte de sus investigaciones sobre el impacto del cambio climático en el medio marino y para elaborar predicciones sobre cómo responderá el océano al cambio climático en el futuro.
El responsable científico de The Ocean Race, Stefan Raimund, dijo que, aunque el océano se considera vasto y en gran medida inaccesible, no se ha visto protegido del impacto de la actividad humana. "La Antártida, con sus niveles récord de hielo marino y el catastrófico fracaso de la reproducción de los pingüinos emperador este año, es un claro ejemplo de ello", lamentó.
"La ciencia es el arma más poderosa que tenemos para luchar contra el deterioro de la salud de los océanos, y por eso estamos aprovechando oportunidades, como esta expedición antártica, para revelar el impacto de la actividad humana en las zonas más remotas del planeta. Cuanto más sepamos sobre la salud de esta región, crítica para el clima mundial, mejor podremos protegerla", añadió.
The Ocean Race es el único deporte de equipo del mundo que requiere a todos los participantes tomar parte en la recogida de datos oceánicos vitales y el único acontecimiento deportivo que cuenta con un programa científico que se extiende a competiciones y expediciones externas.
El programa científico, creado con el socio principal de la regata, 11th Hour Racing, se considera especialmente valioso para los científicos porque los equipos de la vuelta al mundo recogen información de zonas del océano a las que los buques de investigación no pueden acceder, lo que ayuda a llenar lagunas de conocimiento críticas.
Una vez analizados, los resultados se incorporan a informes y bases de datos que informan e influyen en las empresas y los gobiernos para tomar decisiones cruciales sobre el medio ambiente.
El presidente de The Ocean Race, Richard Brisius, hablará sobre el programa científico durante la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28). Brisius formará parte de un grupo de oradores que compartirá soluciones innovadoras de la ciencia del clima oceánico en una sesión de Ocean Climate Spotlight, organizada por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (IOC) de la UNESCO y OceanX.
The Ocean Race aporta datos científicos al proyecto Odisea de la Década Oceánica, un proyecto respaldado por la Década de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021-2030) que apoya los esfuerzos para invertir el ciclo de deterioro de la salud de los océanos y crear mejores condiciones para el desarrollo sostenible de los océanos.