MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
Joan Coll, director general de los Juegos Paralímpicos de Barcelona de 1992, considera un "hecho muy importante y diferencial" que la cita que acogió hace 25 años la capital catalana fuera la primera que contó con el mismo Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de semanas antes, y tiene claro que aquel evento fue "un salto adelante" y su verdadera "puesta de largo" para sucesivas ediciones.
"Los Juegos Paralímpicos de Barcelona fueron los primeros en la historia que se organizaron dentro del Comité Organizador que para los Olímpicos y esto es un hecho muy importante y diferencial", señaló Coll a Europa Press, indicando que se organizaron dentro del COOB "a través de una división" en la que él era el director y que montaron "una estructura para poder organizar estos Juegos en coordinación con los Olímpicos".
El catalán aclara que "no tenía ninguna relación" antes de este trabajo con el deporte paralímpico, pero que su misión "en realidad era mucho más un objetivo organizativo que de conocer el sector". "Lo conocí muy bien con el tiempo y por la incorporación de una serie de personas e instituciones muy involucradas", añadió Coll, que cifra en "14.000" las personas que trabajaron finalmente en esta organización.
"Vinieron 82 países y más de 4.000 atletas, cerca de 2.000 en silla, lo cual planteaba problemas logísticos y de movilidad muy importantes que se solucionaron muy bien. Fueron un gran éxito y fueron la puesta de largo de los Juegos Paralímpicos porque los de Barcelona dieron un salto adelante mucho mas importante todavía", subrayó.
El primer reto que se encontró fue que "la organización deportiva es mucha más compleja" que la de los olímpicos por la diversidad de clases dentro del deporte para discapacitados y las "calificaciones médicas previas" para conseguir que "no haya ventajas competitivas injustas". No hay una final solo de 100 metros sino a lo mejor 12", apuntó.
"El otro gran reto fue el de cómo gestionar la movilidad. Teníamos 2.000 personas y eso generaba problemas de transporte y de barreras arquitectónicas de la propia ciudad y con las instalaciones, tanto de competición y como en las que vivían", remarcó el directivo.
Los paralímpicos se alojaron en la misma Villa que los olímpicos y eso para Coll "fue un gran salto y un gran reconocimiento para ellos y para las personas que vivieron los Juegos". "El tratamiento que se dio fue muy homogéneo respecto al de los olímpicos y creo que sentó las bases para que luego la responsabilidad de la organización de olímpicos con paralímpicos haya sido mayor que anteriormente. Nadie ha organizado unos Juegos ya sin los paralímpicos y en esto Barcelona fue un gran salto", reiteró.
EL VALOR DE CONTAR CON LA FUNDACIÓN ONCE
"La respuesta del público fue impresionante, para mí hasta casi en un momento fue sorprendente. Se hizo un esfuerzo muy importante desde la organización para dar a conocer lo que era el deporte paralímpico a través de publicidad y campañas, y logramos un apoyo social muy importante. Primero la gente tenía curiosidad, y luego la curiosidad pasó a ser ganas de ver a los deportistas y a tener lugares llenos, la gente lo vivió con mucho interés", prosiguió Coll.
Éste considera que el papel de la Fundación ONCE fue "fundamental". "Encontrar una organización así en el resto del mundo es difícil, creo que no existe nada igual. Cuando nos planteamos la dimensión de los Juegos, su incorporación como socio aportó recursos económicos importantísimos, pero también técnicos y de imagen, eso fue también diferencial, fue un apoyo importantísimo", confesó.
Y el 14 de septiembre de 1992 y después de cinco años de trabajo, la llama paralímpica se apagó. "Es un conjunto de emociones difícil de explicar porque trabajas cinco años con un grado de incertidumbre para 15 días, pero eso lo pasa a todos los comités. Me dejó una satisfacción enorme y la sensación de haber cumplido, no solo yo, sino por la aportación de mucha gente, de muchos voluntarios o de la ONCE, fue la suma de muchos esfuerzos que hicieron que realmente se hiciera un salto de calidad muy importante", detalló.
"Recuerdo que teníamos reuniones periódicas con los miembros del Movimiento paralímpico internacional para hablar de los avances de la organización y en la última, cuando entregamos los datos finales y el resumen, me quedé muy impresionado porque por unanimidad me dijeron que con toda seguridad había Juegos muy buenos pero ninguno mejores que los de Barcelona y eso me dejó muy satisfecho porque representas a una ciudad, un país, el esfuerzo de muchísima gente y mereció mucho la pena", celebró el catalán.
Desde esa ya lejana fecha, ha ido "siguiendo" al deporte paralítico en su evolución. "Tuvimos un acto de celebración en Barcelona y el pasado mes de julio y hablé un rato con Phil Craven, presidente del Comité Paralímpico Internacional y al que no conocía personalmente, y realmente le noté muy impresionado todavía con los Juegos de Barcelona, que los recordaban continuamente, que eran una referencia y que no los olvidaban", sentenció Coll.