"Si me preguntan cuando me quedé embarazada si estaría en París habría dicho un 99,99% que no, era una locura", dijo en sus cuartos Juegos
PARÍS, 28 Jul. (del enviado especial de EUROPA PRESS, Gaspar Díez) -
La jugadora española Liliana Fernández subrayó que ha peleado "con sangre" su presencia en sus cuartos Juegos Olímpicos en Paris 2024, donde ha debutado este domingo con triunfo en voley playa junto a su nueva compañera, Paula Soria, frente a las italianas Valentina Gottardi y Marta Menegatti en la 'playa' de la Torre Eiffel.
"Si me lo preguntas cuando me quedé embarazada de Oliver si estaría aquí te hubiese dicho 99,99% no, porque era una locura. Elsa se retiraba y yo, otra vez embarazada. Solo teníamos un año y medio. Además, pasé por la pérdida de mi madre, que para mí ha sido super importante en mi carrera deportiva", dijo con los ojos tornando a vidriosos en el embarrado Campo de Marte.
La muerte de su madre y la retirada de su compañera de siempre, Elsa Baquerizo, con la que disputó los Juegos desde Londres 2012 a los de la pandemia en Tokio, le hicieron tener que remontar un Everest, el ánimo lleno de altibajos, pero con la ilusión de cumplir con el sueño de su compañera Paula.
"No ha sido fácil, no lo voy a negar. Pero Paula se ha enganchado a la filosofía del equipo y tiene un 'coco' privilegiado porque ha asimilado en este año y medio lo que a mí me ha costado seis o siete, y todavía sigo aprendiendo cosas", confesó la veterana jugadora benidormense.
Fernández no se esperaba "congeniar" tan rápido y bien con su nueva compañera olímpica, y lograr el billete para París en tan corto período de tiempo. "Es como 'gracias mamá'. Estoy muy feliz por Paula, y por terminar mi carrera deportiva en unos Juegos. Es una pasada porque en Tokio no había público y aquí había un montón de españoles. No recordaba esa sensación desde Río, y me alegro un montón por Paula porque no me quería retirar sin que ella hubiese vivido esto", recalcó.
La joven Lili recuerda su debut olímpico en Londres, las emociones que pasaron por la cabeza y que ahora ve reflejadas en Paula, a su lado igual de radiante, las uñas pintadas con la bandera de España y los aros olímpicos.
"Todavía recuerdo Londres, esas emociones que no se olvidan nunca. Estar aquí, buah, es la recompensa a todo el trabajo que hemos hecho este año y medio. El regalo a todo ese sacrificio, pero no solo de nosotras sino de mi marido, mis suegros, de Paula, que se ha trasladado a Tenerife adaptándose a mis horarios, a mis rutinas por el ser madre", relató.
"NI HE VISTO LA TORRE EIFFEL"
Lili prosigue su explicación de una gesta al alcance de pocas deportistas con tantos aros olímpicos en su currículo. "Nos lo merecemos porque lo hemos luchado un montón. Lo hemos peleado con sangre. Y que empecemos ganando y, con esta buena sensación, es otro regalo. ¿La Torre Eiffel? Ni la he visto. Imagínate lo centrada que estaba. Me he puesto nerviosa cuando hemos ganado el primer set y me he dicho: 'Mierda, ¿y ahora qué? Esto no estaba en los planes", desveló.
Tan concentrada estaba en el estreno olímpico que Lili no se percibió de la torre de hierro más universal que vio cómo Fernández desafió a la lógica, al paso del tiempo y el impulso de una de las arietes que han derribado muros para el deporte femenino español. "Porque me lo habéis dicho aquí en la zona mixta, que si no, ni miro para arriba", añadió.
De los Juegos de los récords y de las mujeres para el deporte español, Fernández pide más naturalidad. "Creo que hay que visibilizarlo, pero también me da pena porque debería ser algo más normal. Sí, sí, se han dado pasos, pero tenemos que llegar al punto de que no se hable de eso. Eso sería la normalidad real, ¿no?", solicitó.
El primer paso para seguir agrandando su leyenda lo dio junto a Paula Soria derrotando a las italianas, que le habían ganado en las dos ocasiones en las que se habían enfrentado. "Sabíamos que era importante, pero no salíamos con la expectativa de decir. 'Tengo que ganar porque lo necesito'. No, las favoritas eran ellas", expresó.
"Yo tenía que entrar a hacer lo que estaba haciendo. Ahora, contra Brasil a ver si podemos sacar otro set o llegar al 'tie-break'. Si podemos ganar, pues maravilloso, pero sin presión, que la tienen ellas", dijo a un puñado de metros de esa Torre Eiffel invisible hoy para ella.