"La verdad es que esto parece ya un matrimonio, Álvaro me dijo disfruta, pero yo sólo quería llegar", dijo la granadina
PARÍS, 7 Ago. (del enviado especial de EUROPA PRESS, Gaspar Díez) -
La marchadora española María Pérez afirmó que con el oro en el relevo mixto en los Juegos Olímpicos de Paris 2024, logrado este miércoles junto a su compañero Álvaro Martín, "se cierra un ciclo" que empezó en el Campeonato de Europa de Berlín en 2018, y al que le siguió luego el Mundial de Budapest el pasado año.
"La verdad es que esto parece ya un matrimonio, pero yo creo que nadie se pone celoso aquí. Pero no, sí que es verdad que era la última medalla que nos faltaba, tanto individual como conjuntamente, y creo que es un ciclo que se cierra", dijo enfundada en el chándal de premiación de Joma con el que acababa de subir al podio en la ceremonia de las flores bajo la Torre Eiffel.
Con el oro colgado al cuello María Pérez cierra ese círculo, y esos abrazos que se labraron hace seis años cuando inició una senda paralela a la de Álvaro Martín, campeones continentales, primero, y bicampeones del mundo ambos en 20 y 35 kilómetros en el inolvidable Mundial de Budapest de 2023.
"Ya sólo nos faltaba el oro olímpico, que ha sido increíble. No me he relajado, me ha dicho disfruta, mentira. Yo sólo quería llegar y verlo. Al final esto es un trabajo no solo de nosotros sino de los técnicos y, en general, de la marcha española, que se merece ya una alegría y también un respeto", revindicó.
En el momento de la gloria, la granadina echa la vista atrás y recuerda los "momentos difíciles", en el que los compañeros de los 50 kilómetros se quedaron huérfanos en el programa olímpico y las prisas por introducir esta variante del maratón por relevos mixto.
"Nos hemos enterado muy tarde de los cambios y creo que ahora, si en España no se lucha por la marcha, se van a perder medallas y finalistas. Creo que la marcha se merece un respeto. Ya no sólo es por nosotros sino por los entrenadores y por aquellas personas que vienen", manifestó la de atleta de Orce, un pueblo de Granada de apenas 1.150 habitantes.
Pérez cree que ahora, tras la competición, es el momento para reivindicar y seguir en la lucha. "Somos peleones porque en las nuevas generaciones tenemos muy buena cantera y grandísimos entrenadores. Merece la pena levantarse como hoy a las 3 de la mañana. Mirad la gente que tenemos", señaló en alusión a un grupo de aficionados con banderas españoles que les vitorean al grito de 'campeones'.
NI LOS VIRUS LE HAN FRENADO
Los oros nunca son fáciles, y menos si son olímpicos. María Pérez vomitó al término de su primer relevo, en el kilómetro 21 de la prueba. "No sé cómo os habéis enterado porque lo he intentado hacer donde nadie lo viese. Hace un mes y medio pasé por un proceso de 3 virus que me han irritado la garganta. Tengo mucha mucosidad y ahora terminaré de verlo con los médicos", desveló.
Lo que tenía claro la subcampeona olímpica de los 20 kilómetros marcha es que iba a tomar la salida en el relevo. "Les dije: 'No os preocupéis, que yo salgo, que salgo, que estoy bien' Y como soy cabezona pues he salido y lo he dado todo", añadió sobre el virus que pudo dar al traste con la gloria olímpica.
Y María cruzó la meta la primera. Álvaro tuvo que esperar hasta que el oficial le diera permiso para abrazarla y descorchar juntos una botella de champán que la granadina tenía preparada para beber en su habitación en la Villa Olímpica para disfrutar de que ya es leyenda, y tiene, junto a su amigo, la Triple Corona con la que se cierra un círculo virtuoso.
"El colega me ha hecho sacar el champán y la ha tirado por ahí. Esta noche le toca invitar a alguna copa", apuntó antes de ser engullida por el abrazo de sus padres, Paqui y Luis, que se abalanzaron sobre la campeona olímpica en el vallado de la zona mixta para festejar su nueva gesta.