MADRID 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
El tenista suizo Roger Federer afronta el último escalón del torneo de Wimbledon por undécima vez con la opción de abrir más la brecha que le distingue como el mejor de la historia, en una final este domingo (15:00 horas) ante el croata Marin Cilic donde aspira a su 19 'Grand Slam', con récord de ocho en la hierba inglesa.
El genio de Basilea no tiene fin. La edad, las lesiones, la sequía de títulos han tratado de poner punto y final a su carrera en los últimos años, pero después de su mayor ausencia en el circuito --seis meses--, Federer es un campeón insaciable. El suizo volvió en 2017 sin rival, ganando Australia y después Indian Wells y Miami.
Tras administrar una vez más su calendario y decir no a la gira sobre tierra, Federer retomó la faena donde la dejó, ganó en Halle y afinó de cara Londres. Ahora, el suizo tiene ante sí el desafío de ampliar el mejor palmarés de la historia a 19 'grandes', segundo está Rafa Nadal con 15, y romper el empate de siete títulos en Londres con Pete Sampras y William Renshaw.
Volando sin ceder ni un set, las quinielas miraron con más fuerza si cabe a Federer cuando el español cayó en octavos y Andy Murray y Novak Djokovic lo hicieron en cuartos de final. A sus casi 36 años, el suizo rememora un momento de forma único y sin rival que le pone en disposición de reconquistar Wimbledon cinco años después.
El último test para el favorito en el All England Club es un Cilic que disfruta de su segunda final de un 'grande', la primera fue el US Open que ganó en 2014. De siete duelos directos entre ambos, Federer sólo cedió en semifinales de esa edición del Abierto yanqui.
El último precedente fue en la hierba inglesa el año pasado, cuando el suizo necesitó de cinco sets y salvar tres bolas de partido. Sin duda un partido igualado que confía en repetir el croata. Finalista en Queens, Cilic tuvo una buena adaptación a la hierba también en Hertogenbosch pero ahora en Londres su fiabilidad se enfrenta al dueño del jardín.