Nadal resbala otra vez en Wimbledon

Montaje de las derrotas de Nadal en Wimbledon desde 2012
REUTERS/EP
Actualizado: jueves, 2 julio 2015 21:49


MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

El tenista español Rafa Nadal acumula cuatro años sin superar la ronda de octavos de final en Wimbledon, tercer 'Grand Slam' de la temporada, tras despedirse este jueves de la edición de 2015 ante el alemán Dustin Brown, el 102 del mundo, en lo que empieza a resultar una montaña muy difícil de escalar para el manacorí.

Su nivel en 2015, lejos del que acostumbra, ya ha estado muy por debajo en su superficie predilecta. Nadal perdió en cuartos en Roland Garros, su torneo fetiche por excelencia, y cayó en la final de Madrid ante un Murray que apenas le dio opciones.

Su trayectoria invitaba a pensar que el rendimiento sobre el polvo de ladrillo no mejoraría ante la rapidez de la hierba. Pese a los presagios, Rafa ganó en Stuttgart y mandó un mensaje al resto del circuito. Nadie puede enterrar a un 14 veces ganador de un 'grande'. El balear sacó su casta y venció el pasado 8 de junio al serbio Viktor Troicki.

Ese título puso fin a más de cuatro meses de sequía --su última conquista había sido Buenos Aires-- y Nadal no está nada acostumbrado a esto. El balear, siete días más tarde, perdió su luz en el Queen's Club a manos del combativo Alexandr Dolgopolov. El ucraniano puso en dudas su preparación y entregó a Nadal en brazos del tercer 'Grand Slam' de la temporada.

Entretanto, la polémica de la Federación Española respecto a la capitana de Copa Davis, Gala León, la cual no habrá ayudado a mantener la cabeza fría a Nadal. El mejor tenista español de todos los tiempos cargó contra la RFET el día antes de que las bolas comenzasen a botar en el All England Club. "La RFET ha montado un 'show' mediático", dijo.

Y así fue, tras un sólido debut ante el brasileño Thomaz Bellucci, al que derrotó en tres mangas (6-4, 6-2, 6-4), Nadal se despidió de Londres en segunda ronda, cuatro días después de que comenzase un nuevo asalto a un 'grande', cuatro días después de que Nadal volviese a mojarse con el charco de la federación.

El germano Brown, cuyo único enfrentamiento entre ambos también se había saldado con victoria, mandó a Rafa a la lona y certificó la cuarta victoria en su carrera --tiene 31 años-- en un 'Grand Slam'. Sin ninguna duda, el alemán 'rastafari' disfrutó de su jornada de gloria, seguramente, la victoria de más relevancia en sus 13 años en la ATP.

BROWN SE SUMA A KYRGIOS, DARCIS Y ROSOL.

El triunfo de Brown es el cuarto, desde 2012, que impide a Nadal llegar a las altas instancias de Wimbledon. La mala racha de Rafa comenzó ante el checo Lukas Rosol, que le sorprendió en segunda ronda, tal y como ocrrió este jueves, aunque en aquella ocasión cedió en cinco sets y llevó al rival hasta el agotamiento.

Los focos apuntaron a Rosol, el 100 del ránking, y los periódicos explicaron que se trataba del 'mal día' que puede tener cualquier persona. Lo que ocurre es que Rafa no había tenido muchos 'malos días' en su carrera. La sombra de la lesión de rodilla y los Juegos de Londres de fondo --a los que finalmente no acudió-- terminaron justificando aquella derrota.

Un año después, en su vuelta a los ruedos, Nadal se fue de Wimbledon a las primeras de cambio. El belga Steve Darcis --número 135 del mundo-- le liquidó en tres mangas y humanizó al de Manacor, que nunca había perdido en primera ronda de un 'Grand Slam'. El belga se llevó el pack completo, y frustró nuevamente el camino del español, por aquel entonces número 1.

En 2014, aunque en esta ocasión después de tres victorias, Nadal se despidió en octavos de final ante otro tenista --a priori-- que nunca debió suponerle una amenaza. El australiano Nick Kyrgios, invitado por la organización y 144 de la ATP, se sumó a la rebelación 'anti Nadal' en el tapete verde y adelantó las vacaciones del insular. "Yo me voy a la playa", dijo Rafa hace justo un año.

Este jueves, y tras la derrota con Brown, Nadal volvió a ver cómo regresan los fantasmas que le apartan de un tercer título en Wimbledon. Parecen tan lejanos sus títulos en 2008 y 2010, que el balear ya sólo piensa en la pista rápida del US Open, a ver si consigue recuperar en Nueva York el juego y la mentalidad que un día cambiaron el mundo del tenis.

Leer más acerca de: