MADRID, 23 sep. (EDIZIONES)
El objetivo final de todas las especies del planeta es la procreación, el acto de crear de nuevo. Este proceso varía dependiendo de la especie y no termina cuando la cría nace. Tanto crías como huevos aún sin eclosionar han de sobrevivir a la hostilidad del mundo real y sus posibles depredadores, y es en ese momento donde entra en juego el papel del progenitor.
En el caso de los pulpos, las hembras son capaces de dejarse la vida en este proceso, debilitándose poco a poco mientras cuidan diligentemente de los huevos hasta que eclosionan.
El pasado 8 de septiembre de 2021, el veterinario Matteo Sommer, de 42 años, de Génova (Italia), grabó en imágenes el momento en que una hembra de pulpo proporcionaba oxígeno a sus huevos.
Oxigenar los huevos es parte del proceso de cuidado de los huevos de pulpo, junto con la limpieza y la protección de los depredadores. Los huevos en crecimiento, que tardan aproximadamente 45 días en eclosionar (según la especie), requieren entradas constantes de oxígeno, por lo que las hembras de pulpo arrojan agua sobre sus huevos repetidamente, esencialmente bañándolos en oxígeno.
Matteo estima que la hembra de pulpo del vídeo cuidaba de entre 50.000 y 400.000 huevos.