DESCONECTA, 28 Jul.
La fidelidad de un perro perdura a través del tiempo y ya pueden pasar años sin verse dueños y perros que en el momento en que se reencuentren ninguno habrá olvidado al otro. Para Casey, una schnauzer, volver a ver a Rebecca Ehalt después de dos años, supuso una emoción tan fuerte que hizo entrar en colapso a la perra y provocar su desvanecimiento.
Rebecca había estado dos años en Eslovenia por cuestiones de trabajo. Después de ese tiempo, regresó a su casa en Murrysville, Pennsylvania, y la perra de la familia la recibía con una emoción que se traducía en gritos ahogados de ansiedad y felicidad por ver a Rebecca.
Una emoción que no supo controlar y que la hizo desvanecerse junto a su dueña, que la ayudaba a mantener el equilibrio. Después de eso, Rebecca intentó tranquilizar al animal aunque ella tampoco podía disimular la emoción por el efusivo recibimiento del peludo miembro de la familia.
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Para tranquilidad de todos, llevaron a Casey al veterinario donde le enseñaron las imágenes y el momento en que Casey perdía las fuerzas en las piernas. El facultativo determinó que la perra no tiene ningún problema y que se desvaneció producto de la sobre excitación.