EDIZIONES, 16 oct.-18
Un defecto de nacimiento es la causa de que Putol, una perra mestiza de seis años de edad, no tenga patas traseras. Antes de que su vida cambiara, la perra no podía si quiera caminar y nadie quiso hacerse cargo de ella porque pensaban que moriría pronto. Pero Putol tan solo necesitaba una oportunidad.
Esa oportunidad llegó con Danilo Codilego Jr, el actual dueño de Putol. El hombre, natural de la ciudad de Quezon, Filipinas, es camionero de profesión en la actualidad, pero cuando conoció a Putol, hace seis años, trabajaba en una panadería. Un día, un compañero trajo una camada de cachorros al trabajo y trató de venderlos, entre ellos, Putol, a la que nadie quiso.
"Nadie quiso comprarla. Pensaban que no viviría mucho tiempo. Fui el único que tuvo coraje de cuidarla".
Dos años pasaron hasta que la perra supo mantener el equilibrio en sus dos patas delanteras. Durante ese tiempo, Danilo siempre estuvo a su lado. Hoy, seis años después, Putol disfruta corriendo con y explorando las calles de Quezon con otros perros.
La perra ha desarrollado un vínculo muy fuerte con su dueño, tanto que se muestra extremadamente protectora con él, como si de un perro guardián se tratase.