MADRID, 09 oct. (EDIZIONES)
El pulpo del coco, también conocido como pulpo reticulado, nace con el instinto de protegerse agenciándose una casa portátil hecha de cáscaras de coco o almejas. Sin embargo, este ejemplar en particular se ha hecho un hogar con un vaso de plástico que encontró bajo las aguas donde vive.
Pall Sigurdsson y un grupo de buceadores se encontraban de expedición en las aguas de Lembeh, Indonesia, en diciembre de 2018, cuando se toparon con el curioso ejemplar de pulpo reticulado refugiado en un vaso de plástico transparente.
La escena de por sí fue impactante de ver, pero lo que llevó a actuar a este grupo de buceadores fue la idea de que ese vaso de plástico estaba poniendo vidas en peligro: no solo no estaba ocultando adecuadamente al pulpo, sino que los depredadores que buscaran comida fácil podrían terminar ingiriendo el vaso provocando su muerte o debilitándolo demasiado como para sobrevivir.
Entonces, Sigurdsson y su equipo se pusieron manos a la obra y pasaron el resto de su inmersión buscando en el fondo del mar una casa más adecuada para este pulpo. Y no fue tarea fácil.
Los pulpos del coco son famosos por su exquisito y exigente gusto para las conchas que harán las veces de refugio. Por lo que tuvieron que probar con muchas conchas diferentes hasta encontrar una que fuera de su agrado.
El pulpo finalmente encontró un hogar más adecuado, pero el vídeo que se ha hecho viral nos recuerda que la contaminación de los océanos sigue siendo un problema grave ya que cada año se arrojan al mar entre 4,8 y 12,7 toneladas métricas de plástico, poniendo en peligro una gran cantidad de animales marinos.