MADRID 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Encontrarse con personas de origen chino que utilizan nombres españoles en lugar de sus nombres originales es algo frecuente en España. Este hecho es especialmente común en contextos comerciales, como bazares, tiendas de ropa o negocios de manicura, donde los clientes suelen tratar con empleados o propietarios de nacionalidad china que presentan nombres como Pepe, Laura o María.
El motivo de esta práctica tan popular lo explica la creadora de contenido Amanda Cheng en un vídeo de TikTok. Según comenta, la elección de nombres españoles por parte de muchos chinos responde a la dificultad que algunos hispanohablantes tienen para pronunciar correctamente los nombres chinos.
"Pasaba en muchos bazares de tiendas de todo a cien, que en la época en la que vinieron muchos chinos a España, los clientes les preguntaban cómo se llamaban. Respondían su nombre, pero como no sabían pronunciarlo, o lo pronunciaban mal, muchas veces les decían: 'Oye, mira, no sé pronunciar tu nombre, te voy a llamar Pepe'. Y Pepe se quedó", explica Cheng.
En su relato, Cheng comparte que su propia madre adoptó el nombre de Vanessa, aunque su verdadero nombre chino es Haiyan. Este cambio, según destaca, era común en generaciones anteriores de inmigrantes chinos, que optaban por nombres españoles más fáciles de recordar y pronunciar para los clientes. "En su DNI no pone Vanessa, solo pone el nombre chino", añade.
Cheng también detalla cómo ella misma ha vivido la experiencia de que su nombre chino, Yingying, sea mal pronunciado. "En el colegio me han llamado Yingyan, Yongyin, Yonyon... ¿Por qué me llamas Yongyin? Si perfectamente se lee Yingying, pero bueno, ya estoy acostumbrada", comenta en tono reflexivo.
Sin embargo, la joven destaca que esta práctica ha cambiado con las nuevas generaciones de chinos en España. Cada vez es más común que los padres incluyan tanto el nombre chino como uno español en el registro oficial de sus hijos. "Yo, por ejemplo, me llamo Yingying Amanda, y en mi DNI pone Yingying Amanda", concluye, reflejando cómo las costumbres han evolucionado con el tiempo.