CAPTURA GOOD MORNING BRITAIN
EDIZIONES, 21 de feb.
A Shelley y Rob Wall, los padres de Noah, les aconsejaron hasta en cinco ocasiones que interrumpieran el embarazo tras descubrir que su bebé venía con espina bífida y "sin cerebro". Hoy, seis años después, Noah es un niño feliz y sano tras haber superado las probabilidades y los pronósticos de supervivencia que le daban los médicos.
Ni Rob, ni Shelley hicieron caso a los médicos y tres años después de escuchar que su hijo no sobreviviría cuando naciese, se descubrió que Noah había desarrollado el 80% de un cerebro normal para un niño de su edad.
"Éramos padres mayores, si a cualquier pareja joven se les hubiera ofrecido esa opción, es posible que se hubieran sentido presionados a seguir adelante, pero conocemos nuestras mentes y somos personas positivas". "Queríamos darle a Noah la oportunidad de vivir".
Los médicos no daban crédito. Unos creían que su cerebro no se había desarrollado durante el embarazo, mientras que otros barajaron la posibilidad de que creciese aplastado en un espacio pequeño dentro del cráneo, que se terminó colocando cuando se colocó una desviación. De nacer y sobrevivir, creyeron que iba a ser un niño discapacitado mentalmente que no podría ver, oír, hablar o comer.
Su milagrosa historia la han contado sus padres recientemente en el programa de televisión británico 'Good Morning Britain'. En él explicaron que para desarrollar su cerebro tuvieron que acudir a un centro de entrenamiento mental en Australia, donde recibió terapia 'neurofísica', que combina fisioterapia con ejercicios cognitivos.
Noah aprendió a sentarse solo, a comer, a leer, a escribir y, aunque todavía está aprendiendo a caminar, su intención es probar con el surf y el esquí.
Los médicos que inicialmente atendieron a Noah en Reino Unido catalogan su caso como "extraordinario".