MADRID, 12 feb. (EDIZIONES)
Uno de los fenómenos más sorprendentes de la naturaleza es, sin duda, el eucalipto deglupta, también conocido como eucalipto del arcoíris o árbol del arcoíris. Estos árboles poseen una característica que los hacen únicos: su corteza multicolor con efecto arcoíris.
Oriundos de forma natural en Hawái, Filipinas, Indonesia y Papúa Nueva Guinea, aunque también en algunas regiones de Estados Unidos, los árboles de eucalipto deglupta pueden alcanzar una altura de 76 metros y crean un efecto arcoíris con colores brillantes cuando su corteza se despega.
Si bien su tamaño es digno de resaltar, lo que lo hace indiscutiblemente excepcional es la explosión de colores que esconde bajo su corteza.
Cada cierto tiempo, la corteza exterior del árbol se cae dejando a la vista una corteza interior de color verde brillante. Esta corteza verde madura poco a poco hasta adquirir todos azules, púrpuras, naranjas y granates. Este popurrí de colores es debido a que el árbol no pierde su corteza de una sola vez: algunas caen lentamente, mientras que otras que ya han caído comienzan a madurar poco a poco.
Este proceso produce un escenario lleno de color, digno de un pasaje de un cuento de fábula.
El eucalipto arcoíris tiene un gran valor comercial, se cultiva en plantaciones de árboles y es una excelente fuente de madera para pulpa -el principal ingrediente para la fabricación de papel blanco.