Actualizado 20/06/2017 14:45

Planta una secuoya gigante en el jardín del alcalde en venganza por obligarle a talar un árbol que cuidó por 30 años

Secuoya gigante
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   EDIZIONES, 20 Jun.

Un arborista de la localidad de Redondo Beach de California plantó en secreto una secuoya gigante en el jardín de su alcalde por obligarlo a talar un árbol del que estuvo cuidando por más de 30 años. Según él mismo afirma en un post de la red social Reddit, el alcalde le obligó a deshacerse del árbol porque sus raíces habían comenzado a destrozar la acera de enfrente de su casa, haciéndole pagar todos los gastos.

Así explica en su post las razones por las que acometió tal venganza:

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Planté en secreto una secuoya gigante en el jardín de mi alcalde.

Hola,

Soy un arborista. Esto significa que soy un profesional en el cultivo, manejo y estudio de los árboles. Me gustan los árboles. Creo que son unos de los más bonitos, majestuosos y ancianos que viven en nuestro planeta.

Estoy aquí para contaros una historia de muerte, vida nueva y venganza. Hoy hace tres años el ayuntamiento de Redondo Beach ordenó la muerte de mi árbol de la pimienta de treinta años. Sus raíces comenzaron a penetrar en la acera de enfrente de mi casa. La ciudad notó y emitió la pena de muerte de mi árbol. Además me obligaron a pagar los daños de la acera y de la tala de mi árbol.

Quería a Clyde. Estoy empezando a hacerme viejo y plantar algo que sé que perdurará mas allá de mi tiempo de vida era algo especial. Lo cuidé muy bien. Drené su tierra, le di un apoyo para enderezarlo cuando era joven y le vi crecer. Justo cuando Clyde se estaba convirtiendo en un individuo fuerte, expandiendo su sistema de raíces y haciéndose su lugar en la vida, el alcalde se encargó de desarraigar mi precioso niño.

Alcalde Steve Aspel. Mataste a mi niño.

Pagarás por ello. Hace dos años y siete meses planté en secreto 45 secuoyas californianas y 82 secuoyas gigantes en diversos parques, jardines y propiedades del estado de su ciudad.

Hoy, sus sistemas de raíces serán de al menos 30 pies (9 metros) de diámetro y muy profundamente enraizados en el suelo. Habrá notado los árboles que crecen frente al ayuntamiento o aquel que ha brotado en su jardín. Esa es una secuoya gigante, y su crecimiento comenzará a acelerarse en los próximos meses.

Mataste a Clyde, pero lo he remplazado con unos 100 gigantes vivientes. Y en gigantes se convertirán. En pocos años llegarán a ser entre 100 y 300 pies de altos (30 y 90 metros) y vivirán más allá de los 2.500 años. Eso es más tiempo del que ha transcurrido desde el nacimiento de Jesús. Quitar cada uno de ellos costará unos 1.500 dólares (1.345 euros) y me estoy riendo de la factura, tal y como me hiciste hace hoy tres años.

Que tenga un buen día, señor. Puede que su ciudad sea invadida por árboles. Y puede que Clyde descanse en paz”.

Este hombre esperó durante tres años para decirle a su alcalde lo que había hecho. Y no es baladí, porque una secuoya como esa puede llegar a ser así realmente enorme. Esto es una confirmación de que la venganza es un plato que se sirve frío.