MADRID, 22 jun. (EDIZIONES)
El vínculo que se desarrolla entre los padres y su bebé y que se va forjando poco a poco durante todo el proceso -durante la gestación y después del nacimiento-, hace que los padres quieran colmar a su retoño de cuidados, caricias y protección.
El tiempo que se tarda en forjar ese vínculo varía en la persona, habiendo quien sienta esa conexión desde el primer día de nacido o quien necesite de más tiempo para lograrlo.
Paul Anderson, de 25 años, de Kansas (EE.UU.) comenzó a forjar un apego afectivo con su hija antes, incluso, antes de que naciera. Y lo hizo estableciendo una rutina de despedida, cada vez que tenía que irse a trabajar, besando el vientre de su mujer y diciéndole cuánto la quiere.
Su mujer, Simone Anderson, de 25 años, de Kansas (EE.UU.), cuenta esta la rutina de su marido logró vencer la barrera del tiempo y persistió después de que la pequeña Nola naciera.
"Sin faltar un día, Paul se despedía de mí y de mi bebé en el vientre antes de irse a trabajar y siempre que se iba en general", contó Simone a Caters.
Desde entonces, todos los días, Paul le da a Nola un beso en la frente al salir de casa.