MADRID, 23 Mar. (EDIZIONES)-
El bloguero de viajes Soso Nebieridze, de 31 años, de Tiflis (Georgia), viajó a Medyka, una localidad polaca en la frontera con Ucrania, que se está convirtiendo en un paso fronterizo para los refugiados que huyen de la guerra.
Una vez en la frontera, Soso y su amigo distribuyeron juguetes y regalos entre los niños pequeños que se habían visto obligados a abandonar sus hogares, tratando de escapar de la invasión rusa.
La misión de Soso era hacer sonreír a estos valientes niños, que tanto han sufrido. Todos los niños estaban increíblemente agradecidos por el acto de bondad y no dejaron de dar las gracias.
"Fue realmente mágico ver a los pequeños recogiendo los regalos. Ningún niño del mundo debería vivir una guerra", afirmó Nebieridze.