MADRID, 12 may. (EDIZIONES)
Emma Brand, agente de policía, de 43 años, de Liverpool (Reino Unido), descubrió hace poco que su hija Felicity, de tres años, comía gusanos a escondidas.
La propia Felicity fue la que se lo comentó sin pelos en la lengua a su madre delante de una cámara que grabó el cómico momento.
Los gusanos que la pequeña había probado los cogió de un comedero que su madre había colocado en su jardín para los pájaros, sin pensar jamás que los niños se pudieran sentir atraídos por el supuesto manjar.
De hecho, según pudo averiguar Emma, todo empezó como una apuesta en la que participaron su sobrino Jacob, de 6 años, y su amigo Josh, de 5, y terminó con todos coincidiendo en que el tentempié estaba tan bueno que siguieron adelante.
Los niños dijeron que les gustaba mucho el sabor y la textura e incluso los compararon con las patatas fritas.