MADRID, 27 sep. (EDIZIONES)
En septiembre de 2020, Bridgette Garza, de 39 años, de Texas (EE.UU.) notó un grano en su trasero que pensó que no era "nada de qué preocuparse". Diez días después se despertó de una siesta desorientada y su pierna estaba cubierta de ampollas, por lo que tuvo que ser ingresada en el hospital.
En el hospital se le diagnosticó fascitis necrotizante, una infección bacteriana grave que afecta el tejido debajo de la piel, los músculos y órganos circundantes, y pasó 17 días en cuidados intensivos.
Más tarde, fue sometida a siete operaciones, ocho injertos de piel y una amputación de la pierna izquierda por debajo de la rodilla mientras los médicos luchaban para detener la propagación de la infección. El diagnóstico no era nada alentador, según los médicos que la trataron, Bridgette tenía tan solo un 2% de probabilidades de sobrevivir.
"Me dolía la pierna, pero no fui al médico por el coronavirus. No quería arriesgarme a contraerlo y pensé que el dolor desaparecería", dijo la mujer a Daily Mail.
Bridgette no sabe dónde pudo contraer la bacteria, pero, entre las hipótesis barajadas se cree que pudo haberla contraído tras la picadura de una araña.
Después de cuatro semanas en el hospital, la mujer tuvo que reaprender a caminar y ahora, un año después, es completamente autónoma e independiente.