MADRID, 16 jun. (EDIZIONES)
La pequeña London, de casi dos años, protagoniza un hilarante momento con su madre con el que muchos podrán sentirse identificados, especialmente en estos tiempos que corren.
Jasmine Roberson, de 29 años, de Houston (Texas, EE.UU.), estaba con su hija en el salón de su casa disfrutando de un rato de juegos cuando se puso a toser. Instintivamente, la pequeña detiene su juego y se gira hacia su madre con rostro molesto.
Después de esta reacción, a Jasmine le entraron ganas de comprobar que no se trataba de una casualidad, así que repitió la acción y London volvió a manifestar su malestar.
¿Sabías que?
Sentir irritabilidad o incluso pánico ante sonidos cotidianos como el goteo de un grifo, el ruido de alguien mascando chicle o tosiendo, pueden ser síntomas de misofonía.
El término misofonía, que se compone de los términos miso (odio) y fonía (sonido), no debe confundirse con una hiperacusia, es decir, las personas que perciben ciertos sonidos de una forma anormalmente alta, pudiendo llegar a sentir dolor físico al escucharlos. La misofonía es más bien una reacción exagerada o irracional a ciertos patrones de sonido específicos.
Ojo que no todo es misofonía o hipercausia. Simplemente puede tratarse de una reacción natural a un sonido que sea más molesto para una persona que para otra.