MADRID, 31 Jul. (EDIZIONES) -
Las autoridades austriacas están decididas a luchar contra el mal olor en los transportes públicos que está provocando la ola de calor. Con ese objetivo en mente, han repartido 14.000 desodorantes entre los usuarios del metro de Viena y estudian prohibir viajar consumiendo comida rápida (pizza, kebabs, etc.).
Aunque esta nueva norma no ha tardado en copar portadas en todo el mundo, no es ni mucho menos la primera vez que una ciudad aprueba una legislación curiosa. Os invitamos a hacer un pequeño 'tour' mundial para repasar las leyes más peculiares.
Antes de que las autoridades austriacas estudiaran cómo hacer frente a los malos olores en el transporte público, las canadienses prohibieron coger el metro y el autobús durante los domingos tras haber comido ajo. Singapur prohíbe comer chicle en su metro (aunque no queda claro si es por los malos olores).
Hasta 2012, fue teóricamente legal matar a alguien en York (Escocia), siempre que se hiciera con un arco y una flecha. No es que en Escocia defendiesen hasta hace poco el asesinato creativo, sino que nadie se había molestado en derogar esta ley del siglo XIV. La legislación actual que pena con cárcel la comisión de homicidios en Escocia data de 1957.
Hablando de asesinatos, en las primeras décadas de existencia de Estados Unidos como nación, los duelos de honor eran tan comunes que en el Estado de Kentucky se comenzó a exigir a los cargos públicos que quisieran ejercer que prometiesen que jamás habían participado en ninguno.
Al parecer, la costumbre de batirse en duelo no escapaba ni a los estratos más altos de la sociedad. Es famosa la historia de cómo Alexander Hamilton, uno de los llamados 'padres fundadores' --los primeros líderes políticos del país--, murió a manos de otro, Aaron Burr, en uno de estos asuntos de honor. Y por famosa nos referimos a que hay un musical al respecto y que es la última sensación de Broadway.
Durante más de un siglo, las mujeres parisinas sólo podían llevar pantalón si se desplazaban en bicicleta o a caballo por una norma de 1892 que hablaba sobre el 'ejercicio de travestirse' siendo mujer. Desde 2013, pueden ser igual de 'fashion' con la prenda que deseen.
Estamos acostumbrados a que en ciertos lugares no esté permitido llevar determinadas prendas de vestir por motivos religiosos, pero resulta que en Grecia está prohibido llevar tacones de aguja mientras se visitan monumentos porque contribuyen a su erosión.
Compartir es vivir, excepto que uno se encuentre en Tennessee (EEUU), donde compartir con alguien su contraseña de Netflix es ilegal dado el lenguaje un tanto vago de la ley antipiratería de la que es considerada como la capital del entretenimiento estadounidense.
LEYES EXTRAÑAMENTE ESPECÍFICAS
Hay ciertas normas que invitan a reflexionar sobre cómo ciertas cosas pudieron convertirse en problemas lo suficientemente graves como para que se legislara en su contra.
Por ejemplo, la ley de Georgia (EEUU) que prohíbe llevar un cono de helado en uno de los bolsillos traseros del pantalón durante los domingos. O la norma que prohíbe a los diputados británicos ir al Parlamento llevando armadura (por muy duro que esperen que sea el debate con la oposición).
Aunque también hay que reseñar la legislación sueca en este aspecto, que prohíbe llamar a un hijo 'Ikea', pero permite 'Google'. En cuanto a nombres, en España no están permitidos --según la Ley del Registro Civil, cuya última revisión tuvo lugar en 2011-- ni Lenin, ni Hitler, ni Nutella ni Harry Potter, entre otros.
PROHIBIR LO IMPOSIBLE
El pueblo francés de Châteauneuf-du-Pape prohíbe a los ovnis desde 1954 sobrevolar su espacio aéreo. Una norma "muy eficaz", tal y como ironizaba su alcalde, Jean-Paul Boisson, para la revista 'Dauphiné'. Casi tanto como la que condena a multas y a penas de cárcel a cualquiera que moleste a Bigfoot en Washington (EEUU).
Pero si hay algo que tenga tantos visos de tener éxito como prohibir oler mal en un vagón de metro vienés atestado de personas durante una ola de calor eso es ilegalizar morir, norma que el pueblo francés de Cugnaux comenzó a aplicar en 2007 para poner de manifiesto la falta de terrenos del cementerio local.
La norma prevé "sanciones severas" a todo aquel que se atreva a fallecer sin tener una cripta en el campo santo.