EDIZIONES, 26 Ene.
Hace cuatro años la vida de Chris Salvatore cambió para siempre, cuando se mudó a Los Ángeles y conoció a Norma Cook, su nueva vecina, que por aquel entonces sumaba 85 primaveras. Lo que en un primer momento fueron en saludos de cortesía a través de la ventana de la cocina terminó fraguando una relación de amistad, en el más puro sentido de la palabra, amor y respeto mutuo. Esta es su historia.
El día en que Chris Salvatore, un joven actor de 31 años, decidió llamar a la puerta de la vecina que siempre le saludaba a través de la ventana lo hizo por curiosidad, por saber cuál era la historia de aquella entrañable mujer. Pronto se dio cuenta de que no tenía familia en California y que sufría una serie de complicaciones de salud, incluida la leucemia. Para colmo, la anciana hacía poco que había perdido su licencia de conducir, debido a que sus capacidades se habían visto mermadas.
Durante estos últimos cuatro años, Chris y Norma se convirtieron en algo así como mejores amigos. Lo hacían todo prácticamente juntos. Iban a la compra en coche, le preparaba la comida, le ayudaba en las diligencias del banco...¡hasta han ido juntos a votar! Ahora, Norma tiene 89 años y su salud se ha visto seriamente deteriorada en los últimos 6 meses, al punto de que a penas puede caminar por sí misma.
En los últimos 3 meses Norma ha entrado y salido más veces del hospital de lo que le gustaría. En una de estas últimas idas y venidas los médicos le dijeron que no podía volver a casa a no ser que tuviera una asistencia las 24 horas del día. Norma no tiene dinero ahorrado y tan solo recibe un cheque mensual por parte del gobierno que apenas cubre el alquiler.
La última voluntad de esta mujer es pasar los días que le resten de vida en su casa, junto a su gato Hermes, y Chris se ve en la obligación moral de cumplirla. "Ella ha estado allí para mí tanto como yo he estado allí para ella en estos últimos años y siento que es mi deber ser capaz de darle este regalo y que viva sus últimos momentos en casa con la atención profesional 24H".
El coste de una asistencia profesional a domicilio cuesta alrededor de 3.500$ a la semana. Por ello, Chris puso en marcha una campaña de crowdfunding. La campaña ha sido un éxito y ha superado con creces el objetivo (60.000$). Una enfermera le dijo a Chris que si supera las Navidades sería un milagro. Han pasado ya dos meses de aquello y Norma sigue viva.
"Norma y yo hemos decidido que venga a vivir a mi apartamento y eso ¡le encanta! Trabajo la mayor parte del tiempo en casa, así que puedo cuidar más de ella. Ella es mi abuela adoptiva después de todo y yo soy su nieto que nunca tuvo. Aunque todavía van a seguir viniendo médicos y enfermeras a ayudar", escribió Chris en GoFundMe. "Gracias a todos por seguir dando a Norma la atención de calidad que se merece", concluyó en agradecimiento a la oleada de solidaridad mostrada.