MADRID, 8 May. (EDIZIONES) -
El conductor de camión Lee Hughes, de 31 años, estaba ayudando a su hijo a subir una empinada colina cuando se dio cuenta de que no podía detenerse y se dio un buen revolcón para disfrute de su compañera Michelle, que grabó el momento.
Michelle explica: "Lee no puede hacer ni la tarea más sencilla sin hacerse daño. Es un peligro","Fuimos a dar un paseo y nuestro hijo empezó a subir una cuesta. Le seguí y subí hasta la cima. Mientras lo hacía, Lee me grababa pensando que me caería y no lo hice. Cuando bajé, aposté con él a que no podría hacerlo.
Lee solo sufrió un rasgullo en la rodilla. Su compañera asegura que pasó de la risa a la preocupación. Cuando ya supo de su estado, volvió a reíse: "Me alegré de que no se hubiera golpeado contra el árbol".