MADRID, 4 Oct. (EDIZIONES) -
Estas impactantes imágenes documentan la grave reacción de una mujer al hacerse un microblading de cejas.
Marla Zittlau, de 49 años, no se había sometido nunca a este procedimiento, y a la mañana siguiente le costó abrir los ojos de lo hinchada que tenía la zona de las cejas.
El microblading es un tatuaje cosmético semipermanente que mejora el aspecto de las cejas, en el que el pigmento se rasca en la piel con trazos finos y cortos que se asemejan al pelo.
El procedimiento cosmético utiliza una herramienta manual con una cuchilla formada por diminutas agujas y resulta atractivo para personas con cejas escasas que desean hacerlas más pobladas y definidas.
Durante el proceso, Marla experimentó un dolor que describió como "inimaginable", pero le dijeron que era normal. En los vídeos, documenta los días uno a seis tras la intervención, y sus cejas aparecen hinchadas cada día.
La afectada menciona en uno de los vídeos que siguió adelante con el procedimiento sin someterse a una prueba de parche, algo que el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra recomienda hacer para asegurarse de que no se es alérgico al pigmento.
Después de ir al médico, a Marla le recetaron antibióticos y antihistamínicos. Una semana después, la inflamación había desaparecido. A pesar de su mala experiencia, planea hacerse las cejas con microblading en el futuro y varias empresas se han puesto en contacto con ella para ofrecérselas gratis.
Marla habló del procedimiento y dijo: "Sospechaba que algo no iba bien durante la intervención, porque me dolía muchísimo. Tengo varios tatuajes y me he sentado bajo la pistola durante horas y horas sin inmutarme y el dolor de esto casi me hizo desmayar".
Añade que "después de verme a mí misma desde que me los hice, me quedé impactada y estupefacta de que tuvieran un aspecto tan horrible. Inmediatamente le envié una foto a mi marido y empecé a llorar".
A pesar de su aspecto, desde el salón de belleza le aseguraron que "era normal" y que utilizase vaselina para reducir el hinchazón. Sin embargo, la afectada acudió al médico cuyo diagnóstico fue una reacción alérgica o una infección.
"Para estar segura, me trató de ambas cosas y me dio antibióticos fuertes cuatro veces al día y un antihistamínico de venta con receta una vez al día. Me dijo que nunca me pusiera vaselina", explica Marla.