LONDRES, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
El desplome de los precios de la vivienda registrado en España en los últimos años podría llegar a su fin el próximo año, a partir de cuando el sector inmobiliario experimentará una moderada recuperación como consecuencia de la mejora de las condiciones económicas y el creciente interés de los inversores extranjeros, según la agencia Standard & Poor's, que advierte de que la reactivación del 'ladrillo' se verá limitada por el exceso de viviendas a la venta y la pérdida de población prevista.
La calificadora de riesgos vaticina un descenso del 2% de los precios de la vivienda en España a lo largo de 2014, frente al retroceso del 4,6% de 2013, que llegará a su final el próximo año, para cuando S&P espera que los precios se mantengan estables, mientras que en 2016 se registrará una subida del 2%.
"Pensamos que los precios continuarán bajando ligeramente este año para tocar fondo en 2015 y comenzar a subir en 2016", señalan los autores del informe, que destacan la mejora "más rápido de lo previsto" de los fundamentales de la economía española, lo que permitirá un descenso "más rápido" del desempleo.
De hecho, la agencia ha revisado recientemente al alza sus proyecciones de crecimiento para España hasta el 1,3% este año y el 1,8% los dos siguientes, lo que se sitúa notablemente por encima de las perspectivas asignadas a la media de la eurozona.
Asimismo, la calificadora de riesgos confía en que la tasa de paro de España cierre 2014 en el 25,2% y desde ahí disminuya paulatinamente al 24% en 2015 y el 22% en 2016.
LA PÉRDIDA DE POBLACIÓN AMENAZA LA RECUPERACIÓN.
A pesar de las mejores perspectivas, S&P señala que a largo plazo el sector de la vivienda en España se verá lastrado por el 'stock' de viviendas a la venta, aunque confía en que "los inversores extranjeros contribuirán a poner un suelo a los precios".
Sin embargo, de cara al futuro, la agencia alerta de que las tendencias demográficas en España representan una amenaza para la recuperación del mercado de la vivienda en España.
"Un descenso de población limitaría claramente el potencial de crecimiento de la demanda de vivienda en la próxima década", advierte.