BRUSELAS, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha contestado este viernes a España que ha discutido con los países de la UE "hasta la saciedad" sobre la necesidad de reducir el suministro de gas de Rusia por lo que han tenido tiempo de manifestar sus posiciones, después de que la vicepresidenta del Gobierno responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, rechazara la propuesta de Bruselas de imponer a todos los socios una reducción del 15% en su consumo en situaciones de emergencia.
"Si hay un tema sobre el que los Estados miembros han podido debatir en los últimos meses 'ad nauseam' es el de la energía. Han tenido mucho tiempo para debatir esto", ha indicado el portavoz principal de la Comisión, Eric Mamer, que ha recurrido a la locución latina de 'hasta la saciedad' al ser preguntado por la reacción de España.
En un paso más, el portavoz comunitario de Energía, Tim McPhie, ha recordado que la propuesta contempla excepciones por las que los países de la UE pueden pedir "una reducción del 5%" del objetivo de recorte de consumo de gas, fijado en el 15% en el planteamiento de Bruselas, "si pueden demostrar que no están en posición de contribuir" a ese nivel por la "interconexión" entre Estados miembro.
Además, McPhie ha puesto el foco en que la interconexión gasística entre España y Francia es del 30% por lo que "varios miles de millones de metros cúbicos de gas pueden transferirse de España a Europa", y ha incidido en que las interconexiones de gas "existen y son significativas", si bien ha reconocido que la situación no es la misma en lo que respecta a la electricidad.
La titular de Transición Ecológica manifestó el pasado miércoles su rechazo a la propuesta de la Comisión Europea de plantear un recorte del 15% del consumo de gas en todos los Estados miembros, al argumentar que el mix energético en cada Estado miembro difiere, en relación a la baja dependencia de gas ruso de España
Así, Ribera señaló que no se puede pedir "un sacrificio desproporcionado", ya que, "a diferencia que otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético".
La Comisión Europea propuso esta semana que los países de la Unión Europea recorten un 15% su consumo de gas de forma voluntaria hasta la próxima primavera, un recorte que podría imponer de forma obligatoria en caso de alerta para la seguridad de suministro y que ha despertado el recelo no solo de España sino también de otros como Portugal y Grecia.
Para ser adoptada, la propuesta debe ser respaldada por mayoría cualificada, lo que implica que deberá contar con el apoyo de al menos 15 Estados miembro en el Consejo. Al tratarse de un reglamento basado en el artículo 122 del tratado, el Parlamento no participará en el proceso de toma de decisiones.
APELA A LA SOLIDARIDAD
Preguntado por el papel de la Unión Europea tras la a la decisión de Alemania de reforzar la interconexión gasística con Rusia a pesar de que suscitaba advertencias por parte de varios Estados miembro por el aumento de la dependencia de Moscú, Mamer ha puesto en foco en los esfuerzos de la UE a la hora de desarrollar infraestructura en todo el mercado comunitario para que los países estén mejor conectados para reaccionar conjuntamente.
"Hay responsabilidades compartidas en la Unión Europea. El rol de la Comisión Europea es hacer una propuesta y luego depende del Consejo decidir sobre la propuesta", ha indicado Mamer, quien ha apelado a la "solidaridad" entre países y ha recordado que se trata de un desafío que toda Europa debe afrontar pese su distinta dependencia de Rusia porque el impacto es "en todo el mercado común".
Por su parte, el portavoz de Energía ha resaltado que se está potenciando la diversificación del suministro de gas en todos los países de la UE. "Estamos en una situación en la que se deja que ningún Estado miembro esté con una sola fuente de suministro de gas", ha aseverado.
Además, McPhie ha indicado que todos los países tienen varias fuentes de suministro de gas, que la UE ha invertido en flujos reversibles de gas en los gasoductos, en terminales de gas natural licuado para garantizar que puede llegar suministro de otras fuentes que no sean los gasoductos, lo que permite construir "solidaridad entre Estados miembro".