MADRID 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Banco Central de Brasil celebrará entre este martes y miércoles su penúltima reunión de política monetaria del año, en la que se espera que la entidad vuelva a incrementar los tipos de interés, tras tomar esta decisión en su anterior encuentro, frente a la tendencia a la baja de la tasa en el resto de países de América Latina, Europa o en Estados Unidos.
En concreto, se espera que el banco opte por un aumento de los tipos de 50 puntos básicos, y que vuelva a aplicar este incremento en diciembre, lo que llevaría la tasa al cierre del año al 11,75%, en línea con las estimaciones del mercado financiero de Brasil, que reúne a más de 100 bancos, brokers y gestores de fondos del país consultados por el banco central del país.
En esta ocasión, el Banco Central de Brasil tendrá sobre la mesa el dato de inflación del mes de septiembre, cuando el índice escaló al 4,42% interanual, 0,18 puntos porcentuales más que en el mes anterior. Además, según divulgó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el índice subió en términos mensuales al 0,44%, frente al resultado negativo de agosto del 0,02%.
En octubre, cuando se conoció el dato de inflación de septiembre, desde el Gobierno apuntaron a causas temporales del incremento, como la sequía. En este sentido, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, pidió al banco que no tomase "una decisión equivocada" por una cuestión climática "temporal".
"Es temporal, no es algo que vaya a durar en el tiempo. Pronto llega la lluvia y las cosas vuelven a la normalidad, los precios vuelven a la normalidad. Pero esto tiene que ser analizado con la debida cautela", defendió.
En su última reunión, celebrada en septiembre, el banco apuntó que el entorno externo era desafiante, debido al punto de inflexión del ciclo económico en Estados Unidos, que plantea mayores dudas sobre el ritmo de desaceleración de los precios y, en consecuencia, sobre la postura de la Reserva Federal.
Por este motivo, en medio de presiones en el mercado laboral, de proyecciones de inflación crecientes con expectativas no ancladas y de la resiliencia de la actividad económica, el organismo ha señalado que la situación exigía "una política monetaria más contractiva".
De cara a la reunión de esta semana el banco no ha dado ninguna clase, si bien ha apuntado que el ritmo de los futuros ajustes de las tasas de interés y la magnitud total del ciclo que inició en septiembre estarán dictados por "el firme compromiso de convergencia de la inflación hacia la meta" y dependerán de la evolución de la dinámica inflacionaria, especialmente de los componentes más sensibles a la actividad económica.