MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Banco Central de Costa Rica ha optado en su última reunión por congelar los tipos de interés en el 6,5%, sin acometer ningún recorte de la tasa, pese a que el país viene de registrar índices interanuales de deflación durante los últimos tres meses.
Esta decisión se ha dado con arreglo a la persistencia de ciertos riesgos sobre la economía que se inclinan al alza, como los efectos sobre los precios por choques de oferta asociados a fenómenos de
naturaleza climática que se han materializado, o bien, aquellos generados por acuerdos de reducción de la oferta, como es el caso de los hidrocarburos.
Estos riesgos no solo tendrían implicaciones directas sobre los precios locales, sino que también influirían, de manera indirecta, en los costes de producción y en el proceso de formación de las expectativas inflacionarias, según ha considerado el banco.
Otro riesgo al alza es la potencial recomposición del portafolio de instrumentos financieros, que podría generar un incremento abrupto en las expectativas cambiarias y, de esta manera, incidir en las expectativas de inflación.
A partir de esta valoración, y teniendo en cuenta el rezago con el que actúa la política monetaria, la junta directiva del banco ha estimado conveniente actuar "con prudencia" y dar el espacio requerido para el proceso de reducción de la tasa, con el objetivo de que continúe su transmisión al resto de tasas de interés del sistema financiero.
Costa Rica fue el primer país de América Latina en comenzar a recortar los tipos de interés. Sin embargo, en su última reunión ha decidido poner una pausa a este ciclo ante el miedo a un repunte de la inflación.
En agosto, último mes con registros hasta la fecha, el índice de precios cayó al -3,28% interanual, lo que obedece principalmente a la reversión de los choques de oferta de origen externo, donde destacan la reducción del precio de hidrocarburos y de los costes de transporte, al restablecimiento de las cadenas globales de suministros y a los precios de otras materias primas inferiores a los registrados en la primera mitad del 2022.