MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha puesto de manifiesto la importancia de incluir los riesgos medioambientales en los procesos operativos de las entidades financieras, aunque al mismo tiempo ha admitido el ímprobo trabajo que supone.
Durante si intervención en el 'V Encuentro Proyecto Zero: hacia la descabornización total', Delgado ha admitido que es un tema "difícil de gestionar", pero ha subrayado que los bancos son los agentes que deben financiar las iniciativas de transformación de las empresas, las cuales tienen que adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad.
"Los bancos deben acompañar a las empresas para poder hacer esa transformación, ya que éstas deben pedir financiación para adaptarse", ha indicado. No obstante, ha añadido que uno de los puntos más relevantes es cómo obtener información fiable, homogénea y comparable entre empresas, países o sectores.
La subgobernadora ha explicado que actualmente la financiación a través de hipotecas para viviendas solamente se otorga si se cuenta con un certificado energético, si bien este requisito solo debe constar en la escritura.
"Son datos que se requieren para poder tomar decisiones más adecuadas", ha apostillado. En este sentido, ha apuntado a la necesidad de que los bancos incorporen en sus sistemas el dato de la eficiencia energética.
En cualquier caso, ha asegurado que la transparencia respecto a la información ambiental ha mejorado, sobre todo entre las empresas cotizadas, gracias a las guías de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre información no financiera.
A pesar de las memorias o la información no financiera, Delgado opina que los bancos necesitan incorporar todas estas mediciones en sus riesgos, lo que permitirá a los supervisores contar con un mejor plano sobre la solvencia bancaria y el impacto de las distintas actividades en el país.
"Es un reto tremendo y supone un trabajo ímprobo, pero necesitamos información fiable", ha añadido. En esta línea, se ha referido a algunas iniciativas públicas como la normativa europea de taxonomía o a soluciones privadas como los bonos verdes.