MADRID, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las nuevas previsiones macroeconómicas del Banco Central Europeo (BCE) representan una moderación más significativa de lo previsto inicialmente de las presiones inflacionistas, aunque los precios seguirán por encima de la meta del 2% del instituto emisor, que ha advertido de que las recientes tensiones en los mercados añaden incertidumbre para la inflación y el crecimiento.
En un comunicado, la entidad presidida por Christine Lagarde ha señalado que su nuevo cuadro macroeconómico se cerró a principios de marzo, antes de la reciente aparición de tensiones en los mercados financieros.
"En consecuencia, estas tensiones añaden incertidumbre en torno a las evaluaciones del escenario de referencia para la inflación y el crecimiento", apunta.
De este modo, antes de las turbulencias financieras, el BCE había revisado a la baja la senda para la evolución de la inflación, debido principalmente a una contribución de los precios de la energía menor de lo esperado anteriormente.
En concreto, los expertos del BCE prevén ahora que la inflación se situará, en promedio, en el 5,3% en 2023, por debajo del 6,3% anticipado en diciembre de 2022, mientras que en 2024 la subida de los precios será del 2,9%, medio punto menos de lo previsto anteriormente, y para 2025 la inflación será del 2,1%, todavía por encima de la meta del 2%, pero dos décimas mejor de lo anticipado anteriormente.
A pesar de esta revisión a la baja, el BCE advierte de que las presiones inflacionistas subyacentes siguen siendo fuertes, ya que la tasa de inflación, excluidos la energía y los alimentos, continuó aumentando en febrero y los expertos del BCE esperan que se sitúe en una media del 4,6% en 2023, por encima de lo estimado en las proyecciones de diciembre.
Posteriormente, esta tasa subyacente descendería hasta el 2,5% en 2024 y el 2,2% en 2025, en un contexto de desaparición gradual de las presiones al alza debidas a las perturbaciones de oferta anteriores y a la reapertura de la economía y en el que el endurecimiento de la política monetaria frena cada vez más la demanda.
CRECIMIENTO DEL PIB.
En cuanto al crecimiento, las nuevas proyecciones de referencia para 2023 se han revisado al alza, hasta el 1% desde el 0,5% anterior, como resultado, tanto del descenso de los precios de la energía, como de la mayor capacidad de resistencia de la economía ante el difícil entorno internacional.
Asimismo, los expertos del BCE esperan que la actividad repunte posteriormente en mayor medida, hasta situarse en el 1,6%, tanto en 2024 como en 2025, respaldado por la fortaleza del mercado de trabajo, el aumento de la confianza y la recuperación de las rentas reales.
No obstante, los pronósticos actualizados para los dos próximos años se sitúan por debajo de los publicados en diciembre, del 1,9% para 2024 y el 1,8% un año después, como reflejo de la orientación más restrictiva de la política monetaria.