MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
Bolsas y Mercados Españoles (BME) detectó en 2021 una caída en el número de las reclamaciones a la Oficina de la Protectora del Inversor, así como en la conflictividad de estas, según los informes anuales de las cuatro Bolsas españolas que ha sido publicado este miércoles.
La protectora del inversor de BME, Gloria Martínez-Picazo, ha explicado en un encuentro con los medios que el inversor minorista está preocupado de forma recurrente por las comisiones que se le aplican por valores excluidos de cotización. La CNMV considera que se trata de una buena práctica el eliminar las comisiones en estas ocasiones.
El 50% de los expedientes de quejas o reclamaciones presentados en la Bolsa de Madrid se solventó con consultas contenciosas, en las que la discrepancia se soluciona al dar la información correspondiente, mientras que el 50% restante se refirió a cuestiones sobre las que la oficina no es competente.
El 96% de las consultas procedió de inversores particulares, un punto porcentual más que hace un año, mientras que el 2% las hicieron miembros de mercados y entidades financieras y el 2% restante, entidades emisoras.
El 27% de la información solicitada se centró en la información bursátil y otro 24%, sobre hechos relevantes de las compañías cotizadas. La categoría más común fue la de 'otros', que abarcó el 49% restante y reúne cuestiones como el requisito de contratación mínima por lotes de valores o el coste de las comisiones generadas por valores excluidos de negociación, entre otros.
BME ha destacado que el año pasado sí se detectó un aumento por parte de los inversores que querían confirmar que las entidades a través de las que operan estaban autorizadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), especialmente después de que el inversor tuviese una mala experiencia previa con los llamados 'chiringuitos financieros'.
Crecieron también las consultas sobre cuestiones sobre las que la oficina no es competente, como las criptomonedas, los valores negociados en mercados internacionales o productos apalancados ajenos al mercado español, como los CFD.
Respecto a la Bolsa de Madrid, se recibieron un total de 1.600 llamadas telefónicas y 500 correos electrónicos, con lo que es la que mayor volumen de consultas y reclamaciones ha recibido no solo este año, sino desde un punto de vista histórico, según ha señalado Martínez-Picazo.
BME ha destacado que las reclamaciones y consultas vía correo ordinario prácticamente han desaparecido. La declaración de la renta o los problemas con herencia son otras de las tipologías de consultas que más se suelen repetir todos los años, según ha destacado Martínez-Picazo.
Al ser preguntada por si la situación bajista en los mercados va a afectar el número de consultas para el año que viene, la protectora ha dicho que en eventos convulsos anteriores, como el estallido de la pandemia, no han afectado "significativamente" al número de reclamaciones o consultas, si bien ha señalado que muchas veces estas se dan a posteriori.
Martínez-Pizarro ha destacado que el objetivo de la oficina es "mantener informados a los que han llamado, como personas mayores que no tienen tanto acceso a la digitalización".
La figura de protector de inversor se creó en 1991 en la Bolsa de Madrid con "motivo de la complejidad de los mercados", en tanto que se creó en Barcelona en 1995, en Valencia en el año 2000 y en Bilbao en 2021.
Ese año se decidió unificar la figura de protector en la persona de Gloria Martínez-Picazo, en tanto que se mantienen los cuatro reglamentos separados, que tienen elementos comunes.
Entre los objetivos a medio y corto plazo, está el poder dar acceso y estar más presente para que los usuarios o inversores tengan conocimiento de la existencia de la oficina y que tienen un canal de comunicación a su alcance.