Pide una "valoración crítica" del activo del balance de las entidades y recomienda al Banco de España que aproveche para despejar dudas
FRANCFORT (ALEMANIA), 10 (EUROPA PRESS)
Los nuevos requisitos de capital contemplados en el proceso de recapitalización del sistema financiero español son "un paso en la buena dirección" que mejora la fortaleza de las entidades españolas, según afirma el Banco Central Europeo (BCE) en un dictamen legal en el que muestra su apoyo a dicho proceso, aunque advierte del potencial impacto negativo sobre el crédito de acelerar la aplicación de Basilea III.
Así, la entidad presidida por Jean Claude Trichet celebra que el Real Decreto-ley sobre esta cuestión se ajuste en general a las conclusiones y recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre España y al examen entre iguales de la Junta de Estabilidad Financiera (JEF) sobre España.
El BCE celebra asimismo que el proceso establezca normas que siguen el acuerdo de Basilea III, como una definición de capital principal acorde con el "common equity tier 1", y la introducción de una técnica de reservas de capital, que son similares a las disposiciones pertinentes del nuevo marco de Basilea, aunque señala que el cálculo de las ratios de capital difiere del establecido en Basilea III.
Además, el BCE aplaude que "los nuevos requisitos de capital son un paso en la buena dirección que mejora la fortaleza de las entidades financieras".
Respecto a las medidas de capitalización, el dictamen del BCE celebra la existencia de varias posibilidades para todas las entidades de crédito, así como medidas específicas para las cajas de ahorros, y destaca la existencia de un calendario "muy exigente" para su aplicación.
APROVECHAR LA OPORTUNIDAD PARA DESPEJAR DUDAS.
No obstante, la institución puntualiza que es necesaria "una valoración crítica del activo del balance de las entidades de crédito" en la actual fase recesiva del ciclo económico, en particular sobre el sector inmobiliario, y recomienda al Banco de España que aproveche la oportunidad de este proceso para disipar con determinación cualquier duda que persista al respecto.
Asimismo, el BCE apunta que sobre la base de medidas de capitalización adecuadas que aborden de manera creíble las vulnerabilidades del balance de las entidades de crédito, el adelanto de unos dos años respecto del calendario global de aplicación de Basilea III podría resultar complicado para éstas e incrementar el riesgo de efectos negativos transitorios en los flujos de crédito a la economía real.
En concreto, el BCE advierte de que los diferentes estudios han concluido que la introducción de Basilea III con el planteamiento gradual previsto tiene unos costes macroeconómicos transitorios relativamente modestos, aunque "éste no sería el caso de la introducción acelerada prevista en el Real Decreto-ley".
FACULTADES DEL BANCO DE ESPAÑA.
Por otro lado, el BCE subraya que para lograr su objetivo básico fundamental de restaurar la confianza de los mercados en la solidez del sistema financiero español se debe dotar al Banco de España de todos los poderes necesarios para garantizar que la base de toda intervención necesaria para reforzar la situación financiera de las entidades de crédito será una correcta evaluación técnica de supervisión.
En este sentido, el BCE aplaude las facultades del Banco de España de exigir requisitos de capital aún mayores que los establecidos por el Real Decreto-ley en el contexto de próximas pruebas de estrés para toda la UE que efectúe la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en cooperación con el BCE.
Asimismo, el BCE respalda que las entidades de crédito que vayan a solicitar la intervención del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) deban preparar un plan de recapitalización sujeto a la aprobación del Banco de España, y que este pueda además vigilar periódicamente el cumplimiento de dicho plan e intervenir en caso necesario.
A este respecto, el dictamen del BCE señala que la capacidad total de 99.000 millones de euros de que el FROB puede hacer uso "debería bastar" para cubrir las necesidades de recapitalización del sector de las cajas de ahorros incluso con una valoración muy conservadora de su activo.