PARIS, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de la Corte Correccional de París solicita una condena de cinco años de cárcel para el ex operador del banco francés Société Générale (SocGen) Jérome Kerviel, acusado de provocar pérdidas de 4.900 millones de euros a la entidad para la que trabajaba y a quien el fiscal del caso, Jean-Michel Aldebert, calificó como "mentiroso y tramposo" en la víspera del final del juicio.
"Es a Jérome Kerviel a quien se juzga y no a Société Générale, como le gustaría a la defensa", afirmó Aldebert en su alegato, en el que advirtió de que las apuestas sin autorización del "manipulador" ex broker estuvieron a punto de provocar la quiebra de la entidad para la que trabajaba y causar "un trauma a escala mundial".
De este modo, Kerviel, de 33 años y que pasó ya un mes en prisión provisional tras salir a la luz el caso en 2008, se enfrenta a una pena máxima de cinco años de prisión, así como a una multa de hasta 375.000 euros por "abuso de confianza, falsificación y tráfico ilícito de datos informáticos".
El ex empleado de SocGen ha admitido las acusaciones de falsificación de documentos para esconder su actividad, pero tanto él como su abogado, Olivier Metzner, niegan que haya incurrido en un abuso de confianza, ya que siempre ha asegurado que sus superiores conocían lo que hacía y "si el empleador conoce y anima la actividad, no hay abuso".
De hecho, una auditoría interna del fraude reveló que los inmediatos superiores de Kerviel "flaquearon en la supervisión de sus actividades", así como indicios de complicidad en uno de sus asistentes, que llevó a cabo "muchas operaciones de naturaleza fraudulenta". En 2009, la comisión bancaria francesa multó a la entidad con cuatro millones de euros por "serias deficiencias" en su supervisión interna.
En enero de 2008, Société Général desveló que las posiciones adoptadas sin autorización por Kerviel, que comenzó a trabajar en el banco en el año 2000 y mantuvo una trayectoria profesional irreprochable hasta entonces, habían provocado a la entidad pérdidas de unos 4.900 millones de dólares.
Kerviel trabajaba en la sección dedicada a gestionar las operaciones de mercados y su misión durante cinco años fue, curiosamente, detectar procedimientos sospechosos. Después, pasó a formar parte de los actores directos de corretaje, aunque tampoco era uno de los corredores de bolsa "estrella" de la entidad.
En 2006 empezó a montar una actividad paralela y a enmascararla compensando ganancias con pérdidas y viceversa. Las operaciones se anulaban y, por tanto, no aparecían en las cuentas del banco.