MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
La evaluación de los conocimientos financieros de los españoles es de un seis sobre diez de media, con un 70% de los individuos con conocimientos medios y altos (con más de un 5), frente a un 25% con bajos o muy bajos (suspensos), según un documento de trabajo publicado este miércoles por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Estos datos son resultado de la Encuesta de Competencias Financieras (ECF) realizada a personas de entre 10 y 80 años por el Banco de España y la CNMV en los años 2016 y 2017 en el marco del Plan de Educación Financiera 2013-2017.
La franja de edad con peores resultados se corresponde con la de los más mayores: los participantes de entre 18 y 54 años cuentan con unos conocimientos medios y altos, frente los que tienen entre 65 y 80.
En cuanto al sexo, la CNMV aprecia la existencia de una brecha de género, según destaca el documento de trabajo. El 84% de los hombres tiene unos conocimientos generales medios o superiores, mientras que la proporción baja hasta el 79% en las mujeres.
La formación también tiene una fuerte influencia en el nivel de conocimientos financieros de los individuos, ya que la encuesta revela que cuanto mayor es el nivel de educación recibida, mayor es su resultado en la evaluación.
No obstante, se observa que las etapas más influyentes son las iniciales: el crecimiento marginal se estabiliza a partir de la educación possecundaria no superior.
Asimismo, cuanto más alta es la renta del individuo encuestado mejor es su nota de conocimientos financieros, aunque la progresión no es proporcional: la mayor variación se observa al pasar de tramos de renta baja a media.
ACTITUD ANTE EL AHORRO
La encuesta también preguntaba a los participantes sobre el ahorro y revela que el 70,5% le da una alta importancia a su ahorro personal, frente al 22%, que tiene una preocupación "moderada". Sin embargo, estos datos contrastan con los obtenidos directamente de la ECF, de los que se desprende que el 39% de la población no ahorra.
La CNMV explica en el documento que esta diferencia puede deberse a la imposibilidad para ahorrar, además de las diferencias cognitivas entre lo que uno percibe de sí mismo y lo que efectivamente realiza.
Respecto a las formas de ahorro, destacan las cuentas corrientes y el metálico, con unos resultados del 38,8% y del 23,3%, respectivamente, seguidos del ahorro mediante una cuenta a plazo, con el 8,7%, y las aportaciones a planes de pensiones individuales, con el 6,6%. Solamente utiliza productos financieros más complejos el 3% de la población.
Esto no se limita solo al ahorro: si bien prácticamente la totalidad de los encuestados posee o ha poseído cuentas corrientes, el resto de productos son menos comunes. El 58% tiene o ha tenido tarjetas de crédito y el 30%, hipotecas, seguros de vida o cuentas de ahorro.
Por el contrario, la inversión en acciones, fondos de inversión y activos de renta fija y pública es mucho menor, con un 14%, un 9% y un 2%, respectivamente.