MADRID 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado del riesgo para la estabilidad financiera relacionada con el rápido crecimiento del mercado de crédito privado, cuyos activos sumaban 2,1 billones de dólares (1,93 billones de euros) en 2023, y que podría llegar a convertirse en una amenaza sistémica en caso de estrés.
En un capítulo al respecto de su Informe Global de Estabilidad Financiera (GFSR), la institución subraya que el rápido crecimiento de este segmento "opaco" y altamente interconectado del sistema financiero podría aumentar las vulnerabilidades financieras dada su limitada supervisión.
En su expansión desde la crisis financiera mundial, el mercado de crédito privado se ha beneficiado de su atractiva rentabilidad durante el largo período de bajos tipos de interés, quitándole así cuota de mercado a los préstamos bancarios y a los mercados públicos.
Al mismo tiempo, las reformas regulatorias posteriores a la crisis aumentaron los requisitos de capital para los bancos tradicionales e hicieron que la regulación fuera más sensible al riesgo, incentivando a los bancos a mantener activos más seguros.
De tal modo, a medida que los bancos parecen haberse vuelto menos dispuestos a otorgar préstamos a empresas medianas con perfiles de más riesgo en Estados Unidos y Europa, el crédito privado ha surgido como un prestamista clave, elevando los activos crediticios privados hasta unos 2,1 billones de dólares a nivel mundial en activos combinados y compromisos de capital no utilizados en 2023.
En concreto, el crédito privado representa actualmente el 7% del crédito a las sociedades no financieras en Norteamérica, mientras que, en Europa, el crédito privado representó el 1,6% del crédito corporativo.
Por otro lado, el FMI apunta que los gestores norteamericanos financian una parte importante de los fondos de crédito privados centrados en Europa y Asia, ya que el 81% de los activos crediticios privados, unos 1,7 billones de dólares (1,56 billones de euros) tienen base en Norteamérica, incluyendo 0,46 billones de dólares (0,42 billones de euros) enfocados a Europa y otros 0,114 billones de dólares (0,106 billones de euros) hacia Asia.
En este sentido, advierte de que, aunque todavía se centra en los préstamos al mercado medio, el crédito privado ha ampliado significativamente su competencia en las dos últimas décadas, particularmente en los últimos cinco años, y las entidades de crédito privadas de Estados Unidos y Europa ahora pueden otorgar préstamos a prestatarios corporativos mucho más grandes, que antes se financiaban mediante préstamos sindicados o incluso bonos corporativos.
"Estos prestatarios tal vez prefieran ahora acuerdos personalizados de crédito privado que eviten las divulgaciones y los costes asociados con los mercados públicos", advierte el FMI, que recoge la preocupación de que una regulación bancaria más estricta "siga fomentando la migración del crédito de los bancos a los prestamistas privados".
"La migración de estos préstamos desde bancos regulados y mercados públicos más transparentes al mundo más opaco del crédito privado crea riesgos potenciales", subraya la institución en referencia a que la valoración es poco frecuente, la calidad crediticia no siempre es clara o fácil de evaluar, y es difícil entender cómo se pueden estar acumulando riesgos sistémicos dadas las interconexiones poco claras entre los fondos, las empresas de capital privado, los bancos comerciales y los inversores.
De tal manera, si bien considera que, hoy en día, los riesgos inmediatos para la estabilidad financiera derivados del crédito privado "parecen ser limitados", el FMI advierte de que, dado que este ecosistema es opaco y altamente interconectado, y si el rápido crecimiento continúa con una supervisión limitada, las vulnerabilidades existentes podrían convertirse en un riesgo sistémico para el sistema financiero en general.
VULNERABILIDADES.
En primer lugar, el FMI recuerda que las empresas que recurren al mercado de crédito privado tienden a ser más pequeñas y tener más deuda que sus contrapartes con préstamos apalancados o bonos públicos, lo que hace que sean más vulnerables al aumento de las tasas y a las recesiones económicas, y advierte de que, con el reciente aumento de los tipos de interés, "más de un tercio de los prestatarios ahora tienen costes por intereses que exceden sus ganancias actuales".
Asimismo, los préstamos del mercado privado rara vez se negocian y, por lo tanto, no pueden valorarse utilizando los precios del mercado, mientras que, en cambio, a menudo se califican solo trimestralmente utilizando modelos de riesgo y pueden sufrir valoraciones obsoletas y subjetivas en todos los fondos.
Por otro lado, si bien el apalancamiento de los fondos de crédito privados parece ser bajo, el potencial de múltiples capas de apalancamiento oculto dentro del ecosistema de crédito privado genera preocupación dada la falta de datos.
Además, parece haber un grado significativo de interconexión en el ecosistema crediticio privado. Si bien los bancos no parecen tener una exposición importante al crédito privado en conjunto, que la Fed estima en menos del 1% de los activos bancarios estadounidenses, algunos bancos pueden tener exposiciones concentradas al crédito privado.
Por último, el FMI apunta que, aunque los riesgos de liquidez parecen limitados hoy en día, una creciente presencia minorista puede alterar esta evaluación.
"En general, aunque estas vulnerabilidades actualmente no representan un riesgo sistémico para el sector financiero, pueden seguir acumulándose, con implicaciones para la economía", resume la institución dirigida por Kristalina Georgieva, añadiendo que, en caso de una crisis grave, la calidad crediticia podría deteriorarse drásticamente, provocando impagos y pérdidas significativas.
De este modo, el FMI considera "imperativo" adoptar una postura regulatoria y de supervisión más vigilante para monitorear y evaluar los riesgos en este mercado para lo que propone que las autoridades asuman un enfoque de supervisión y regulación más activo del crédito privado, centrándose en el seguimiento y la gestión de riesgos, el apalancamiento, la interconexión y la concentración de exposiciones.
Asimismo, considera que los reguladores deberían mejorar los estándares de presentación de informes y la recopilación de datos para monitorear mejor el crecimiento del crédito privado y sus implicaciones para la estabilidad financiera, además de "prestar mucha atención a la liquidez" y al riesgo de conducta en los fondos de crédito privados, especialmente minoristas, que pueden enfrentar mayores riesgos de reembolso.