AMSTERDAM, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno holandés ha expresado su contrariedad por la decisión del banco ING de incluir en la agenda de su junta general de accionistas, que se celebrará el próximo 23 de abril, una propuesta para aumentar a partir de 2018 en un 50% la retribución de su consejero delegado, Ralph Hamers, que en 2017 rondó los 2 millones de euros y que en 2018 alcanzaría los 3,04 millones de euros.
"El Gabinete quiere realmente que ING retire esto de la mesa", ha señalado el ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, añadiendo que el Gobierno "estudiará las opciones disponibles para abordar la situación".
"ING no es una fábrica de galletas, sino un banco sistémicamente importante", añadió el ministro, advirtiendo de que la propuesta de la entidad "mina la confianza en el sector en general y en ING en particular".
Un portavoz de ING consultado por Europa Press sobre estos comentarios declinó realizar ninguna valoración al respecto y no confirmó si la entidad había recibido algún tipo de notificación por parte del Ejecutivo.
El 'banco naranja', que durante la crisis tuvo que recibir 10.000 millones en ayudas públicas, desató la controversia entre la opinión pública y la clase política del país al incluir en el orden del día de su junta general de accionistas del próximo 23 de abril la propuesta de incrementar en un 50% la retribución de su consejero delegado, Ralph Hamers, al considerar que su compensación está "significativamente por debajo" de la media de entidades similares.
En el último ejercicio, el salario base del máximo ejecutivo de ING fue de 1,71 millones de euros, un 3% más que en 2016, mientras que la remuneración variable en acciones fue de 293.000 euros, un 7,2% por debajo del dato de 2016, alcanzado en total unos emolumentos de 2,006 millones de euros, frente a los 1,979 millones de euros del año anterior.
No obstante, el orden del día de la próxima junta general de accionistas de la entidad incluye la votación de una cláusula para elevar la remuneración del consejero delegado del ING hasta los 3,045 millones de euros, lo que equivaldría a una mejora del 51,8% de la retribución de Hamers.
La propuesta, que será sometida al voto de los accionistas del banco holandés, contempla a partir del 1 de enero de 2018 una subida del salario base del consejero delegado del 2,2%, hasta 1,750 millones de euros, a la que se sumaría una compensación fija en acciones pendiente de la aprobación de la junta de accionistas de hasta el 50% del salario base, 850.000 euros, además de una remuneración variable del 16% de la remuneración fija, que rondaría así los 420.000 euros.
"Los niveles de remuneración de los miembros del consejo ejecutivo de ING están por debajo de la mediana del Euro Stoxx 50 y, en el caso del consejero delegado, incluso significativamente por debajo", sostiene el banco, expresando la preocupación del consejo de supervisión sobre la capacidad de ING de atraer y retener a los mejores talentos en su consejo.
"En función del resultado de su revisión anual, el consejo de supervisión decidió que hay que actuar ahora", añade la entidad holandesa, que, para determinar el nivel adecuado de remuneración de su consejero delegado, solicitó una asesoría externa que mostró una retribución mediana del Euro Stoxx 50 de 4,9 millones de euros, incluyendo 1,3 millones de salario base y 3,6 millones en variable.
Al introducir en el cálculo el hecho de que el salario base ofrecido por ING es superior a la mediana y la limitación al 20% de la remuneración fija de la variable abonada, la referencia obtenida fue de 3,255 millones de euros, explica ING.
De este modo, el banco holandés subraya que "el nuevo nivel de remuneración se mantiene aproximadamente un 7% por debajo de la referencia modificada del Euro Stoxx 50 y, por tanto, en línea con los principios del Código Bancario Holandés y de la política de remuneración del Consejo Ejecutivo de ING".
ING obtuvo un beneficio neto atribuido de 4.905 millones de euros en 2017, una cifra que representa una mejoría del 5,5% en comparación con el resultado de la entidad en 2016. El banco holandés despidió el año con 37,4 millones de clientes minoristas.
Durante la crisis financiera, ING tuvo que recibir ayudas públicas por importe de 10.000 millones de euros, que el banco devolvió al Estado a finales de 2014 junto a unos intereses de 3.500 millones de euros.