MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Seguridad Social registró un déficit de 4.061,9 millones de euros en los siete primeros meses del año, cifra equivalente al 0,33% del PIB, frente al saldo negativo de 5.099,5 millones del mismo periodo del año pasado, lo que representa un descenso en valores relativos del 20,3%, ha informado este miércoles el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.
El déficit registrado por la Seguridad Social hasta julio es resultado de unos ingresos no financieros de 81.599 millones de euros (+6,25%), frente a unos gastos de 85.660,9 millones de euros (+4,59%).
No obstante, Trabajo explica que existen gastos pendientes de imputación presupuestaria a esta fecha que alcanzarían un importe aproximado de 441,2 millones de euros (aportación al sostenimiento de servicios comunes y reaseguro obligatorio y facultativo).
En términos de caja, la recaudación líquida del sistema alcanzó los 80.162,1 millones de euros, con un aumento del 7,3%, mientras que los pagos se incrementaron un 3,8%, hasta los 84.912 millones.
Del volumen total de derechos reconocidos, el 91,32% corresponde a las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social y el 8,68% restante a las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social. En cuanto a las obligaciones, el 92,99% han sido reconocidas por las entidades gestoras y el 7,01% por las mutuas.
LOS INGRESOS POR COTIZACIONES SUBEN UN 5,6%
La Seguridad Social ingresó hasta julio 66.513,7 millones de euros en concepto de cotizaciones sociales, cifra un 5,6% superior a la del mismo periodo de 2017, tras aumentar la recaudación por cuotas de ocupados un casi un 5,9% y las de los desempleados, un 1,7%.
Según Trabajo, la Seguridad Social prevé ingresar este ejercicio un total de 114.915,7 millones de euros en concepto de cotizaciones sociales. Así, los ingresos por cotizaciones representaron, a finales de julio, el 57,88% de lo previsto para todo 2018.
Por otro lado, las transferencias corrientes totalizaron 13.685 millones de euros en los siete primeros meses, un 14% más que las acumuladas a la misma fecha de 2017.
Los ingresos patrimoniales, por su parte, ascendieron a 185,5 millones de euros, con una disminución interanual del 60,6%, mientras que las tasas y otros ingresos alcanzaron los 633,9 millones de euros, un 1,5% menos.
EL 94% DEL GASTO, DESTINADO A PRESTACIONES
Según los datos facilitados por Trabajo, las prestaciones económicas a familias e instituciones sumaron 80.601,9 millones de euros, cantidad un 4,6% superior a la del mismo periodo de 2017 y que representa el 94,09% del gasto total realizado por el sistema hasta julio.
La mayor partida, 73.974,3 millones, corresponde a pensiones y prestaciones contributivas, con un crecimiento interanual del 4,8%.
Dentro de las prestaciones contributivas, las pensiones (invalidez, jubilación, viudedad, orfandad y a favor de familiares) alcanzaron un importe de 68.742,4 millones de euros, un 4,5% más.
Las prestaciones por maternidad, paternidad y riesgo durante el embarazo supusieron 1.347,5 millones de euros (+1,8%), mientras que el gasto en incapacidad temporal se elevó a 3.646,2 millones de euros (+11,8%).
A 31 de julio, las prestaciones y pensiones no contributivas, incluidos los complementos a mínimos, que corren a cargo de los presupuestos del Estado, alcanzaron los 6.627,6 millones de euros (+2,1%), de los que 5.474,7 millones de euros fueron para pensiones no contributivas y complementos a mínimos y 1.152,9 millones para subsidios y otras prestaciones.