MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
La tasa de paro entre las personas con discapacidad en España fue del 23,9% en 2019, 1,3 puntos menos que en 2018 y 10 puntos más que entre la población sin discapacidad, según los resultados del informe 'El empleo de las Personas con Discapacidad. Año 2019', del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El estudio revela que en el año 2019 había 1,87 millones de personas con discapacidad en edad de trabajar (de 16 a 64 años), es decir, el 6,2% de la población total en edad laboral. De esta cifra, 638.600 eran activos.
Dentro de esta población activa con discapacidad se observó mayor porcentaje de hombres, más peso del grupo de 45 a 64 años y menor representación de personas con estudios superiores que en las personas sin discapacidad.
Para la población ocupada con discapacidad (485.900 personas en 2019) se observaron las mismas diferencias en cuanto a sexo, edad y nivel educativo que las señaladas para los activos en comparación con los ocupados sin discapacidad. La distribución por antigüedad en la empresa fue similar en ambos grupos.
El porcentaje de asalariados con discapacidad en las empresas de 50 o más trabajadores del sector privado fue del 2,2%. En esta cifra están incluidas las entidades especializadas en la inclusión social de las personas con discapacidad.
En cuanto al paro, en la población con discapacidad había mayor porcentaje de hombres, de personas de 45 a 64 años y de desempleados con estudios primarios y secundarios que en los parados sin discapacidad. Por el contrario, había menor representación de parados con estudios superiores y de personas de 16 a 24 años.
MENOS PRESENCIA DE MUJERES
Al igual que para la población general, las mujeres con discapacidad tenían menos presencia activa en el mercado laboral. No obstante, su tasa de actividad estaba más próxima a la masculina que en la población sin discapacidad (33,3%, frente a 34,6%). La tasa de empleo de los hombres con discapacidad superó en 1,4 puntos a la de las mujeres. Para el resto de la población de 16 a 64 años, la diferencia fue de 12,4 puntos.
Por su parte, la tasa de paro de las mujeres con discapacidad fue superior a la de los hombres en 1,2 puntos. Para las mujeres sin discapacidad fue mayor en 3,7 puntos.
La tasa de empleo de los hombres con discapacidad aumentó en 0,3, puntos respecto a 2018, mientras que la de las mujeres disminuyó en 0,1 puntos. Por su parte, la tasa de paro bajó 2 y 0,4 puntos, respectivamente.
En 2019 se observó mayor incidencia del desempleo en la población más joven. Las mayores tasas de actividad se dieron en el grupo de 25 a 44 años, tanto para las personas con discapacidad como para el resto de la población.
Por su parte, los mayores descensos en las tasas de paro se dieron en el grupo de 16 a 24 años, tanto para la población con discapacidad (la tasa se redujo 1,7 puntos respecto a 2018) como en el resto de la población (bajó 1,8 puntos).
El estudio señala que la participación laboral está determinada por el tipo de intensidad de la discapacidad. La tasa de actividad para el grado de discapacidad de menor intensidad fue del 54% en 2019 y disminuyó progresivamente hasta el 12,7% para el grado superior de discapacidad.
Las personas con deficiencias auditivas presentaron las mayores tasas de actividad (56,8%) y las que tenían deficiencia mental, las menores (27,8%).
La mayoría de los trabajadores con discapacidad en 2019 eran asalariados, tenían contrato indefinido, jornada completa y desempeñaban su actividad en el sector Servicios. El 89,5% de las personas con discapacidad que trabajó lo hizo como asalariado (4,9 puntos más que las personas sin discapacidad); el 73,1% de los que trabajaban por cuenta ajena tenía contrato indefinido (0,7 puntos menos que la población sin discapacidad).
El 82,7% de los ocupados con discapacidad trabajaba a jornada completa, una proporción inferior a la de los trabajadores sin discapacidad (2,9 puntos menos). El 80,9% de los ocupados con discapacidad desempeñó su actividad en el sector Servicios, frente al 75,4% de quienes no tenían discapacidad.
REDUCCIÓN EN LAS COTIZACIONES
Entre las políticas destinadas a fomentar la actividad laboral del colectivo están las que favorecen su inserción en el empleo ordinario.
El 26,7% de las personas con discapacidad ocupadas que cotizaron a la Seguridad Social en 2019 tenía algún tipo de reducción o bonificación en las cotizaciones. El porcentaje de asalariados con discapacidad con la modalidad de contrato específico de discapacidad fue del 26,6%.
Las reducciones y bonificaciones en las cuotas de cotización y la contratación específica beneficiaron, sobre todo, a la población masculina, al grupo de edad de 16 a 44 años, a los grupos de discapacidad asociados a deficiencia sensorial e intelectual y a las personas con grado de discapacidad superior al 65%.
Además, de cada 100 personas en edad laboral, 12 percibieron una prestación durante 2019. En el caso específico de las personas con discapacidad el sistema público de prestaciones benefició a 1,27 millones de personas. De ellas, 260.300 personas eran activas.
Entre las personas con discapacidad perceptoras de prestaciones, el 81,2% recibió la prestación debido a una incapacidad laboral. Por su parte, el 2,7% lo hicieron exclusivamente en términos no contributivos, es decir, sin haber cotizado previamente por ellas.
Otra medida de protección del colectivo de las personas con discapacidad lo constituye el reconocimiento de la Situación de Dependencia. En el año 2019 el 16,5% de las personas con discapacidad (309.400) tenía también reconocida oficialmente la situación de dependencia. De estas, el 10,3% permanecieron laboralmente activas.
Por comunidades autónomas, las mayores tasas de actividad dentro del colectivo de las personas con discapacidad en el año 2019 se dieron en Castilla-La Mancha (40%), Aragón (40%) y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (46,3%). Por su parte, las menores tasas de actividad se registraron en Canarias (25,8%), Galicia (29,7%) y Andalucía (30,2%).